El Girona tira de memoria para destrozar a Osasuna

Nada como en casa. Que se lo digan al Girona, que no había ganado hasta la fecha y fue llegar a Montilivi y brillar. El bloque de Míchel destrozó a un Osasuna simplón y que se vio siempre a remolque. El partido de Tsygankov fue un espectáculo porque se bastó para asistir a Bryan Gil, en el 1-0, y para marcar el 2-0. Abel Ruiz, con el 3-0, se sumó a la fiesta y la guinda a un duelo que se mezcló con el sorteo de la Champions la puso Stuani (4-0). El conjunto rojiblanco tuvo que ver el sorteo en diferido, pero rindió un más que noble homenaje con su encuentro. Se gustó y ganó. Este Girona, tras dos jornadas de dudas, por fin ganó su primer encuentro de esta campaña. Y lo hizo desplegando el fútbol de antaño. Ese que le puso en el escaparate mundial.

Y es que cuando hay cambios, solo se necesita tiempo. Este Girona se ha ganado toda la confianza del mundo y en su primer encuentro en casa se puso en el bolsillo, otra vez, a la afición. Míchel apostó por el 4-4-2 dando la titularidad a jugadores como Francés, en el lateral derecho, y formó en ataque con Abel Ruiz y Miovski y el plan salió a la perfección. Osasuna, pase quien pase por su banquillo, no modifica su gen guerrero, pero el Girona fue quien puso el fútbol y los goles. Iván Martín y Yangel Herrera no necesitaron en el doble pivote a un ‘stopper’ y es que dicen que ‘la mejor defensa es un buen ataque’. Y se cumplió esta máxima porque el Girona dominó y goleó. Tener en el equipo a un futbolista superlativo como Viktor Tsygankov es un valor seguro y se encargó de decantar el duelo. En la primera mitad, con su asistencia a Bryan Gil para el 1-0, dio el primer paso y, tras el descanso, con el 2-0, dio el segundo.

El paso de los minutos constató que este Girona llevaba una marcha más que Osasuna y, en el 56′, llegó el premio para Abel Ruiz. El delantero falló una clara ocasión en la primera mitad, tras un buen centro de Bryan Gil, y metió la más complicada. Recogió un pase, con el pecho, de Yangel Herrera y a un toque clavó el balón en la escuadra. Montilivi fue una fiesta en la que no faltó el mordisco final. Debutaron Yaser Asprilla y Donny Van de Beek y ambos dejaron su huella porque participaron en el 4-0 de Stuani. El uruguayo, mortal dentro del área, recogió la asistrencia del neerlandés para redondear una primera victoria plácida y para enmarcar. Este Girona sí es reconocible. Y ganador.

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