El Girona también abusa de Las Palmas

No hay quien entienda a la Unión Deportiva Las Palmas. El equipo grancanario, otrora revelación de la temporada, un cohete en Primera pese a ser un recién ascendido, continúa con su particular cuesta abajo y sin frenos. Este sábado se llevó un nuevo latigazo de realidad y acumula ya nueve partidos sin ganar, los últimos seis finiquitados con otras tantas derrotas. Sandro, además, falló un penalti este mediodía.

La última, hace un rato, a costa de un rocoso Girona, que ajustició al equipo grancanario desde el punto de penalti para hacerse fuerte en puestos de Champions. David López aprovechó un rechace de Valles y después sentenció Dovbyk, que había errado en esta primera acción, para dejar en evidencia, una vez más, a una Unión Deportiva que parece clamar por las vacaciones cuanto antes. Mientras los de Míchel solidifican su puesto de Champions, por ahora segundos a la espera del Barça, el berenjenal que le espera a Las Palmas como gane el Cádiz le gana mañana al Mallorca puede ser bonito, pues además ahora le vienen consecutivamente, y fuera de casa, Real Sociedad y el propio Mallorca.

Desde hace poco más de dos meses absolutamente nada le sale bien a Las Palmas, que hace no tanto tiempo se creyó incluso que podía jugar en Europa la temporada que viene. Y eso que empezó enérgico el equipo grancanario, con una primera ocasión de Moleiro a la salida de un córner. La desgracia hizo acto de presencia ya en el minuto 6 cuando Sinkgraven, con un excelente pase largo, dejó a Moleiro solo y en plena autovía hacia Gazzaniga, provocando un penalti de David López que tuvo que ser confirmado por el VAR. Kirian le cedió la pelota a Sandro pero este malogró el decisivo lanzamiento, detenido por el portero del Girona por la cara: directamente, con el rostro.

Este centelleante inicio de Las Palmas apenas continuó con una reproducción que no fueron sino fuegos de artificio. Pese a que los locales se mostraban más punzantes, las defensas se imponían y apenas había ocasiones que contar. De hecho, el primer disparo del Girona, y que además salió desviado, fue de Aleix García en el minuto 20.

Poco después, ni que el destino les quisiera gastar esa broma macabra que cantaba Sabina, los locales entraron en barrena. Sucedió que Kirian agarró a Eric García dentro del área insular. Valles le sacó el penalti a Dovbyk pero David López, quien se lo había hecho un rato antes a Moleiro, solventó el falló de su compañero fusilando al portero de Las Palmas en el rechace en una acción que demostró muchos de los males que tanto atenazan ahora al grupo de García Pimienta, que llega tarde a todo.

El Girona, equipo práctico donde los haya, supo anestesiar el partido antes de llegar al descanso. La angustia se apoderó entonces de la hueste grancanaria, a la que no sale nada presa de su ansiedad. Pudo ser incluso peor si Dovbyk, al filo del receso, no hubiera mandado al limbo la pelota que tan bien le sirvió Savio.

Poco después de reanudarse el partido llegó la sentencia visitante. Mika Mármol le hizo falta a Couto dentro del área local y Dovbyk, esta vez sí y tras el ok del VAR, batió a Valles, que rozó el balón, en el lanzamiento de penalti. El Girona, con ese muy poquito que a veces vale tanto, tenía sentenciado el partido.

Triple cambio

Las Palmas, ahora mismo, vaga como alma en pena sobre el campo. Intentaba Pimienta agitar el partido con un triple cambio, dando entrada a los dos Cardona y Munir por Suárez, Sinkgraven y Sandro, pero ni así reaccionaba su equipo, que más que a merced del Girona lo estaba de sí mismo. Ni siquiera podía soñar con un remontada que ya era imposible incluso antes de tener que llevarla a cabo. Mientras no lleve a cabo una profunda sanación mental el final de temporada será un suplicio todavía mayor.

El tiro al larguero de Moleiro cuando el partido expiraba volvió a demostrar que, una vez más, a la UD no le sale absolutamente nada. Lo mismo sucedió con la gran parada de Gazzaniga a Munir en el descuento. Más allá de acciones puntuales, no le acompañan el juego ni mucho menos la cabeza. Falta movilidad en ataque y todo en defensa. Absolutamente lo contrario de lo que le sucede al Girona, otro equipo que, a su manera, también abusó de Las Palmas. Los de Míchel no paran de picar piedra en busca de la histórica clasificación para la Champions.

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