El Girona pone el rock sin gol

Lo advirtió Míchel y no le falta razón: este Girona no es el del año pasado. El bloque rojiblanco mantiene el rock and roll que le imprimen al juego futbolistas como Miguel Gutiérrez, Iván Martín y Tsygankov, pero no tiene gol. Asprilla lo intentó y no hubo manera. El Rayo salió a defender, y nada más, y se llevó un punto de Montilivi. Los gerundenses lo hicieron todo para ganar y no fue el día.

Míchel tuvo su momento de ‘debilidad’ minutos antes del partido. En el túnel de vestuarios, antes de que los jugadores saliesen al terreno de juego, se abrazó, y charló, con amigos como Íñigo Pérez, Trejo y Óscar Valentín. Pero ya cuando empezó a correr el balón, se acabó amar la Franja. Y menos cuando comprobó que Íñigo fue a neutralizar su estilo de juego a toda costa. El técnico del conjunto rayista dobló su lateral derecho y colocó a Ratiu por delante de Balliu para intentar a fijar a Miguel Gutiérrez. Y surtió, durante media hora, efecto. Eso sí, el Rayo no fabricó nada. Isi apenas apareció y Camello no recibió ni un solo balón cerca del área. ¿El resultado? Cero disparos a portería.

Lo que agitó el duelo fue la lesión de Pep Chavarría en el minuto 30. Asprilla le retó al cambio de ritmo dentro del área y el lateral zurdo se fue al suelo. Lesión en el isquiotibial de la pierna derecha y nueva víctima del intenso calendario de Liga. Íñigo se vio obligado a jugar sin lateral izquierdo y a inventar. Decidió cambiar de banda a Balliu, bajó a Ratiu al lateral diestro y metió en el campo, para ser extremo, a De Frutos. Esos minutos de adaptación los aprovechó Miguel para dejarse ver y, claro, asistió. En el 36′ le colocó un balón excelente a Asprilla, pero el colombiano lo desaprovechó. En un remate sin defensa que le molestase, picó demasiado el balón ante la salida de Batalla y se marchó fuera. La grada, Míchel y todos sus compañeros se pusieron las manos en la cabeza. Increíble el error de lo que pudo ser el 1-0. Asprilla, el fichaje más caro de la historia del Girona (de 18 millones de euros fijos más variables), intentó resarcirse después, pero pesó demasiado ese fallo.

La segunda mitad fue un acoso sin derribo del Girona. Asprilla siguió mostrándose y, en el minuto 59, se topó con el palo. No se puede decir que no lo intentase. Los rojiblancos dominaron, pero no hubo manera, como lo constató Miguel, con su ocasión en el 71′. En los últimos diez minutos, todo se electrocutó con oportunidades clarísimas para Álvaro y Stuani, con idéntico resultado: nada. No era el día del gol.

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