El Girona no remonta
Los rojiblancos no han ganado ningún partido de los que empezaron perdiendo. Además, ya suman las mismas derrotas que en todo el curso pasado (ocho).
Kase.O tiene una tema: “Macho, esto no para. Esto no para. Esto no para porque nadie lo para. Y si nadie lo para, esto no para”. Pues bien, el Girona parece que está metido de pleno en una espiral de partidos que no le deja levantar cabeza. Desde el inicio de temporada, Míchel tiene activado el modo supervivencia del equipo porque no ha podido disfrutar toda su plantilla al completo en ningún momento. Lidiar con tres competiciones (Liga, Champions League y Copa del Rey) no es nada sencillo y, además, las lesiones le han obligado a reinventarse en más de una ocasión. Se está solo a principios de noviembre, pero hay miedo de que la campaña se haga eterna.
‘No hay tiempo para lamentaciones’ predican desde el Girona. Las excusas tampoco entran en el vestuario, pero los datos escuecen. Y es que, pese a que se detestan las comparaciones con lo vivido el curso pasado, actualmente ya se han igualado el número de derrotas. El Girona, en todo el año pasado, únicamente perdió ocho partidos. Y ahora es la cifra que se ha igualado: cinco en Liga y tres en Champions.
La campaña pasada, los rojiblancos afrontaron 43 encuentros y el balance fue histórico (de ahí la tercera posición en Liga y la clasificación para la Champions) con 29 victorias, seis empates y ocho derrotas. Ahora, esta temporada, los rojiblancos han tenido que hacer frente a 17 duelos y los números no engañan: seis triunfos (cuatro en Liga, uno en Champions y uno en Copa), tres empates y ocho derrotas. La Champions no puede ser un ‘marrón’ nunca, pero sí que es cierto que el Girona está sufriendo la vorágine de partidos.
Si algo tiene Míchel es que no esconde la realidad y su capacidad de análisis va más allá del resultado. Pero hay un aspecto que preocupa, y mucho, al técnico. Y es cómo se levanta el equipo de los golpes recibidos. Y, por lo visto hasta el momento, la respuesta es clara: mal. Tanto que en lo que se lleva de curso, el bloque rojiblanco ha sido incapaz de remontar un partido. O lo que es lo mismo, si el rival se adelanta en el marcador, como mínimo, puntúa. En nueve encuentros, este curso, se ha visto en esta situación de empezar perdiendo y el balance fue desastroso: un empate (ante el Betis) y ocho derrotas. Ahí es donde va a poner Míchel el foco en los próximos días. Especialmente durante el parón liguero, que es el único momento donde el técnico podrá tomar oxígeno.
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