El fichaje del central, el lío de Navidad en el Barça
Laporta, Deco y Flick deben decidir si el club aprovecha el hueco de la lesión de Christensen para fichar un defensa. La ventana de mercado es complicada; y la cesión, la opción más plausible.
Hansi Flick no tuvo reparo en admitirlo al final del partido contra el Villarreal. El Barça estudiará la viabilidad de fichar un central en el mercado invernal. La situación se ha complicado en las últimas semanas. Primero fue la baja indefinida de Araújo, centrado en su salud mental. El uruguayo puede regresar en la semana del derbi, pero llevará un mes parado. Y luego, lo de Christensen. Su lesión, de cuatro meses de baja en principio, deja a Flick con dos centrales puros, Eric y Cubarsí, otro improvisado, Gerard Martín; y uno que podría actuar de urgencia, Koundé, aunque esa opción es casi inverosímil porque no hay lateral derecho suplente y los del filial (Landry Farré, Xavi Espart) están lesionados.
Al Barça le toca decidir qué pasos dar. Hasta aquí se ha llegado después de que Iñigo Martínez se marchase gratis a Arabia este verano; y el club azulgrana descartara reforzarse en la posición (había sonado Tah), pese a que el puesto de central siempre está expuesto a sanciones y, además, Christensen no es un jugador fiable físicamente. Los problemas con Araújo y el danés han confirmado que faltaba un efectivo así.
El movimiento no es fácil para Deco. El club estaba estudiando la incorporación de un central top con vistas a la temporada 2026-27 (Mundo Deportivo sacó a pasear este sábado los nombres de Gvardiol y Bastoni). También ha sonado el alemán Schlotterbeck, del Borussia Dortmund, pero esa son incorporaciones imposibles a media temporada.
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El Barça debería encontrar una oportunidad de mercado. Un central de nivel top que, por la circunstancia que fuera (desencuentro con el club, falta de confianza del entrenador, fin próximo de contrato...) quisiera salir ya. Algo así como lo de Szczesny, pero con la diferencia de que la portería es una posición muy particular; y, aun así, el polaco tardó tres meses en ponerse a punto físicamente. El asunto dará que hablar esta Navidad.
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