VALENCIA

El fango del Nuevo Mestalla

La candidatura de Valencia como sede del Mundial está pendiente de la resolución de un entuerto social, político y económico enquistado desde 2009 y agravado con Peter Lim.

DAVID GONZALEZ ARENASDiarioAS

Rita Barberá aspiraba a que el Nuevo Mestalla albergara la final de la Champions de 2011. Sin embargo, 16 años después de que se colocara la primera piedra, la alcaldesa María José Catalá no puede garantizar que Valencia pueda ser sede del Mundial 2030. Y todo porque el recinto de la Avenida de las Cortes Valencianas es un esqueleto de hormigón desde 2009, cuando se paralizó la obra, y ninguno de los gestores que han pasado después por el Valencia CF (Vicente Soriano, Manuel Llorente, Amadeo Salvo y Peter Lim) ha sido capaz de encontrar una solución financiera para salir del fango en el que metió Juan Soler al club, quien rehusó que se construyera un estadio municipal a la sopa boba de una burbuja inmobiliaria que le explotó.

Valencia, la ciudad, quiere ser sede del Mundial. De hecho la Generalitat y el Ayuntamiento se han postulado para serlo. Un estudio de Boston Consulting Group (BCG) estima un incremento de actividad económica de entre 150 y 580 millones de euros en cada ciudad en la que se celebrará el Mundial de 2026. Y la RFEF quiere que lo sea. Hablamos de la tercera capital de España (792.492 habitantes); con puerto, aeropuerto y AVE; e infraestructuras hoteleras y turísticas que cumplen los requisitos de la FIFA. Pero le falta la clave: un estadio. ¿Y qué necesita para acabarlo? Según estima el club, unos 160 millones.

Ese dinero lo tiene que poner el Valencia CF, porque el estadio es suyo. El club tiene bloqueados 80 millones del acuerdo con CVC, Caixabank le concedería un préstamo puente de 15 millones y tiene otros activos como el edificio actual de oficinas que también vendería para financiarse. Además, la ciudad le concede una serie de hitos urbanísticos en la parcela de Mestalla y en la de la Avenida de las Cortes Valencianas que le permitirían hacer caja. Por ejemplo, el fondo Atitlan está interesado en unos terrenos del club que valora en 30 millones. Pero dichos hitos dependen de la firma de un convenio entre el Ayuntamiento y el club, un entuerto de intereses sociales, económicos y políticos con un denominador común: la desconfianza y repulsa que genera Lim.

12/04/23 VALENCIA CF OBRAS DEL NUEVO MESTALLADAVID GONZALEZ ARENASDiarioAS

“El Mundial no va a condicionar nuestro nivel de exigencia (a Lim)”, recalca María José Catalá, postura que secundan Compromís y PSOE. VOX va más allá: “Lim es un enemigo de Valencia y no vamos a aprobar ningún convenio”. Este grupo se alinea con los intereses de Marea Valencianista, que propone un cambio de promotor y se postula para encontrarlo. Otras plataformas simplemente son reacias a que Lim se beneficie del convenio, porque daría más valor a sus acciones. En este contexto, el equipo de gobierno (PP) tiene voluntad de resolver el entuerto, aunque pide a Lim unas garantías -que no da- por la casi totalidad del coste, no fuera a ser que los hitos no se vendieran y, tras agotarse lo de CVC, se parase de nuevo la obra.

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