BARCELONA

El ‘eterno retorno’ de Neymar

Desde que se marchó en 2017, su regreso se ha puesto sobre la mesa casi cada año. En 2019 estuvo muy cerca de volver, pero ahora su hipotético fichaje genera división y se acerca a lo imposible.

KIM HONG-JIREUTERS

Xavi y Mateu Alemany evitaron descartar expresamente el fichaje de Neymar este martes después del trofeo Gamper. Seguramente, porque, aunque ninguno de los dos lo quiere (el primero lo llegó a afirmar públicamente en una entrevista hace apenas dos meses: “No está en nuestros planes”), conocen que su jefe, el presidente Joan Laporta, sí cree que podría poner al Barça en el centro del mundo de nuevo como en su día hizo Ronaldinho. Y que Neymar, pese a sus 31 años (no los 23 que tenía ‘Ronie’ cuando llegó a Barcelona) podría funcionar. Esas ideas son las que le mete en la cabeza su buen amigo Pini Zahavi, que curiosamente fue uno de los que ayudó a que, en 2017, el PSG arrancase a Neymar del Barça por 222 millones que el club tiró a la basura con Dembélé y Coutinho.

Xavi y Mateu Alemany también saben que gente cercana al entorno de Neymar sobrevuela por Barcelona desde hace algunas semanas. Hacen consultas. La vida ha cambiado desde que Neymar se marchó en 2017. Las viviendas y zonas de moda, también. El Barça, más todavía. Eso no significa que ‘Ney’ vaya a ser jugador del Barça, pero sí que algo mueve el entorno del jugador. Y que el futbolista sigue soñando con terminar un trabajo en el Barça que él mismo dejó a medias cuando estaba a punto de convertirse en el heredero de Messi y hasta había dejado noches para el recuerdo como el 6-1... contra el PSG.

Neymar ha seguido pegado al Barça y a Barcelona casi desde que se fue. “Está todos los días en el vestuario”, llegó a confesar a alguno de sus íntimos Ernesto Valverde pocos meses después de llegar al club azulgrana. El Txingurri se había tragado su ‘huida’ al PSG, lo que le obligó incluso a cambiar de sistema de juego para que el equipo siguiese ganando. Pero pese a que se había ido de aquella manera, ‘Ney’ seguía paseándose por la Ciutat Esportiva como en su casa, con sus amigos Messi y Suárez como padrinos. “Quiero volver”, le decía a sus amigos casi cada día desde que se marchó. Y no sólo a ellos. También a directivos del Barça que, como Javier Bordas, se creyeron capaces de traerlo de vuelta. Eso sucedió en 2019, cuando Bordas se subió a un avión rumbo a París al lado de Eric Abidal, entonces secretario técnico; y André Cury, responsable de la secretaría técnica del Barça en América y buen amigo del jugador y del padre. El fichaje se dio por hecho en medios reputados y Bordas llegó a decir que el acuerdo con el PSG estaba “cerca”. Pero los tres volvieron de París con las manos vacías. Desde entonces, Neymar ha dejado de sonar con fuerza cada verano. Su nombre siempre ha revoloteado por Can Barça, pero casi como un señuelo.

Estos días, está de nuevo sobre la mesa. Pero las opciones de que su retorno sea posible son mínimas. El PSG, como siempre, dice sí pero no. Amaga con dejarlo salir cedido a precio cero para luego pedir una opción de compra obligatoria. El jugador también anuncia que estará dispuesto a todo pero luego se remite a su sueldo. Y, de fondo, Xavi, que siempre ha admirado su uno contra uno, tiene miedo, como Mateu Alemany, de que altere la estabilidad del vestuario. El socio también está dividido entre quien lo considera un fenómeno y quien no ha perdonado aún sus juergas ni su marcha .Todo suma a un no rotundo. Pero ahí es cuando aparecen Laporta, el padre del crack, Zahavi y el mismo Neymar. Y nadie se atreve a descartar nada aunque el eterno retorno sea un imposible de manual.

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