El Espanyol gana tiempo

Confirmada de forma oficial la suspensión del partido de este sábado ante el Valencia, el Espanyol tiene por delante un mes de noviembre atípico. No jugarán este fin de semana, pero es que tampoco lo harán el siguiente debido al parón de selecciones. En otras palabras, no volverán a competir hasta el 23 de noviembre, día en que visitarán al Girona en Montilivi. Habrán pasado exactamente 20 días desde el último encuentro contra el Barça. Más de medio mes.

Este parón obligado puede tener consecuencias negativas, como la pérdida del ritmo competitivo o verse relegados a puestos de descenso sin ni siquiera jugar su partido, pero tiene un aspecto extremadamente positivo: los jugadores lesionados ganan tiempo. Y mucho. Es por eso que este parón puede convertirse en una bendición para Manolo González que en el mejor de los casos podría tener a toda la plantilla a disposición para medirse al Girona a finales de mes.

Quien seguro estará en Montilivi es José Gragera. El mediocentro no entró en la convocatoria contra el Barça, básicamente, por precaución. Siendo un jugador importante, Manolo decidió no arriesgar pese a que había entrenado durante la semana. Si no hay ningún contratiempo, pues, regresará al equipo. Quienes no tienen su presencia confirmada, pero sobre los que se puede ser optimista, son Pol Lozano y Kumbulla. El primero sufrió una rotura en la musculatura isquiotibial de la pierna derecha mientras que el central padece una lesión en el pectíneo de la pierna izquierda. Es decir, dos lesiones musculares. Teniendo en cuenta que el club nunca ofrece tiempos de recuperación y que con las lesiones musculares siempre es difícil pronosticar un tiempo de baja exacto, sería aventurado garantizar que van a estar en Montilivi. Eso no quita, sin embargo, que las posibilidades de jugar el próximo partido se han multiplicado debido a las más de 15 días sin competición.

En un tercer grupo encontramos a dos jugadores más, Calero y Edu Expósito, que también tienen papeletas para estar frente al Girona. Porque son dos jugadores que, precisamente, lo que necesitan es tiempo. El central tuvo que parar para limpiar las molestias físicas con las que jugó a principio de temporada mientras que Edu Expósito, ya con el alta médica, está falto de ritmo de competición. Con ninguno de los dos se va a arriesgar lo más mínimo, pero con ambos se puede ser optimista. Calero no juega desde  hace más de un mes (disputó siete minutos frente al Mallorca) mientras que Edu Expósito, sin ninguna prisa, explicó que le gustaría “regresar después del parón”.

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