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El Espanyol echa el cerrojo

Dmitrovic ha dejado la portería a cero ya en cuatro partidos. Joan Garcia tardó el curso pasado 25 jornadas en lograrlo.

GORKA LEIZA
Redactor en la delegación de Cataluña. Centrado en el baloncesto, también escribe sobre los equipos catalanes en el fútbol profesional y sobre cualquier evento deportivo que se realice en Cataluña. En el Diario AS desde 2011. Licenciado en Periodismo.
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La metamorfosis que ha sufrido el Espanyol en pocos meses no solo es evidente, sino que se refleja en multitud de estadísticas del equipo. Evidentemente en las victorias y los puntos, pero también en algunas cifras del juego como las ocasiones y los goles. Pero para que un equipo esté arriba de la tabla en la jornada diez, y el Espanyol lo está, es fundamental ser un equipo sólido. Con 11 goles encajados los blanquiazules son uno de los equipos que menos goles reciben. Sobre todo de un tiempo a esta parte.

Dmitrovic ha dejado la portería a cero en cuatro ocasiones, tres de ellas, en los últimos cuatro partidos. Girona, Oviedo y Elche no lograron marcarle un solo gol al guardameta serbio, en una ristra de partidos en las que el equipo sumó siete de nueve puntos posibles. Tampoco Osasuna en la jornada tres, en un partido que supuso una nueva victoria. Es decir, con la portería a cero el equipo ha ganado tres de cuatro partidos. Con la producción ofensiva del equipo esta temporada seguir manteniendo la puerta a cero asegura muchas alegrías para los pericos.

Para ponerlo en contexto, dejar la portería a cero en Primera División es una tarea muy complicada especialmente para equipos como el Espanyol. Equipos cuyo objetivo es asegurar la permanencia en Primera. La temporada pasada, con Joan Garcia bajo palos, el equipo tardó 25 jornadas en sumar cuatro porterías a cero. Y es el equipo, y no Joan, porque es evidente que el portero no es el único responsable de no encajar. Todo suma, Dmitrovic está a un gran nivel, pero no es ni mucho menos el único responsable.

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Manolo ha encontrado en la pareja Cabrera-Riedel a dos centrales fiables, sólidos y compactos, que han dado mucho ya al equipo. Pero no son los únicos. Ante el Elche el alemán fue sustituido al descanso y Calero sumó unos notables 45 minutos siendo decisivo en la victoria del equipo. Hasta Miguel Rubio, el central que menos ha jugado, ha dado siempre sensación de seguridad. Una bendición para el Espanyol.

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