ESPANYOL

El Espanyol de los salmones

Sin Joselu, Vinicius ni Gil, con la lesión de Montes, la expulsión de Pierre-Gabriel, el cansancio… Nadó a contracorriente un club que lucha, sufre, sobrevive y vive contra las inclemencias.

Joan M. BascuDiarioAS

Se denomina a los aficionados del Espanyol pericos, a medio camino entre el gato original (los “cuatro gatos” de Valentí Castanys) y el pájaro periquito en que se reconvirtió, pero bien podrían llamarse salmones. Porque no hay nada más inherente al ser del Espanyol que la capacidad, si no la necesidad, de nadar a contracorriente. De remontar las adversidades. La semana que cerró ha sublimado los ejemplos, que van del mercado a la sociedad y que terminaron, cómo no, sobre el terreno de juego, donde las inclemencias se multiplicaron. Y donde los blanquiazules supieron reponerse. Sin ganar, pero sin perder. Porque acaso esa es su condición. Porque acaso así es la vida.

El frenético cierre del mercado, con las mismas tensiones sobre la bocina que en verano pero sin el delirio del disparatado caso Raúl de Tomás, evidenció esa maquinaria de acción-reacción que es el club de Chen Yansheng, quien mostraba su compromiso pero que a la vez eran implícitamente una enmienda a la totalidad de su propia gestión y la del área deportiva, pues de haber sido correcta la planificación anterior nunca habría sido indispensable fichar a cuatro jugadores de una tacada. Río arriba, para escalar en la clasificación.

Y llegaron la imaginación y la clase para luchar contra la corriente en otra faceta. La de la campaña de la Generalitat de Catalunya en connivencia con el Barcelona, para identificar al club culé, que navega en un mar en calma con ayuda de cuantos motores sean necesarios, prácticamente con la única expresión deportiva posible en el territorio catalán. El ‘Feel the Colours’ al que se apuntaron otras tantas entidades que se sienten minoritarias o, cuando menos, discriminadas.

Pero el Espanyol, que no pretende ser más que un club como si eso fuera poco, es ante todo fútbol. Y ahí es donde iban a surgir una serie, casi una montaña, de adversidades todavía mayores. Los primeros, la ausencia por sanción de dos titulares fijos como Vinicius Souza y Óscar Gil, se conocían de antemano. Pero no la tercera baja ante Osasuna, la más sensible, por tratarse del máximo goleador, de media vida. Joselu Mato cayó en el entrenamiento previo al partido. Y echó a rodar el balón.

Chocó primero Ante Budimir con Leandro Cabrera, pero todo quedó en un susto. Poco después el encontronazo, cabeza con cabeza, fue del delantero con el otro central perico, César Montes, quien quedó aturdido. Vendaje aparatoso, vuelta al césped. Pero el mexicano, pieza básica desde su estreno un mes antes, se sintió indispuesto y no pudo continuar. Se marchó, enseguida marcó Osasuna el 0-1. Y tres minutos después era expulsado, junto a Az Abde, el primer debutante de la tarde del sábado, Ronaël Pierre-Gabriel.

Pierre-Gabriel, en su pique con Abde.Joan M. BascuDiarioAS

Es difícil recordar un partido en que el equipo ha sufrido tantos contratiempos”, valoraba Diego Martínez, entre el lamento por ese cúmulo de circunstancias que seguramente contribuyeron a negar el triunfo y el orgullo por haber igualado, pese a todo, el marcador. Acusó el diez contra diez un Espanyol progresivamente agotado, lo que precipitó la entrada de un Denis Suárez que llevaba 259 días sin jugar y de un José Gragera que nunca lo había hecho en Primera; y ambos, después de tres entrenamientos con su nuevo equipo. Con una alta temperatura inesperada. Y con la necesidad de huir de las llamas del descenso.

El Espanyol no ganó, pero sigue sumando. Nueve puntos sobre dieciocho, y solo una derrota, desde que se retomó la competición. Un promedio que probablemente daría para ir a Europa en una temporada íntegra. “Tuvimos que adaptarnos a las situaciones del partido, y supimos competir hasta el final”, puso en valor Nico Melamed. “Este grupo va a muerte. Con miles de dificultades, como cada partido este año, sigue remando con el empuje de todos”, se significaba en DAZN el capitán, Sergi Darder, que sabe como pocos qué es ser del Espanyol. Nadar contra la corriente. Como los salmones.

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