El derbi de la estética

Aunque los protagonistas sólo lo reconocen sottovoce, al derbi de hermanos catalanes, Girona y Barça, le ha asomado un punto cainita desde que la aparición de Míchel en el escenario ha convertido a los gironís en un referente del buen juego. La presencia del City Football Group en el accionariado del Girona; y especialmente del apellido Guardiola (Pere, el hermano de Pep, es presidente del consejo de administración), añade morbo al asunto por ese pique que subyace entre guardiolistas y xavistas. “Cuando ganamos en la primera vuelta, la familia lo celebró con alegría, en su justa medida...”, ha dicho recientemente Pere Guardiola. Así que el Girona-Barcelona de esta tarde en Montilivi (18:30 horas) es algo más que una batalla por un segundo puesto de LaLiga que también es el salvoconducto para la próxima Supercopa. Es, como sucedió en el partido de la primera vuelta, el derbi de la estética, la batalla por ganar no sólo el qué, sino también el cómo. La hegemonía de un estilo. “Los dos buscamos lo mismo”, admitió ayer Xavi (sigue el partido de hoy en directo en As.com).

Las estadísticas son muy parejas. El Girona ha marcado 69 goles por 68 del Barça. Los dos equipos han encajado prácticamente los mismos (40-39), cometen (372-362) y reciben (416-418) prácticamente el mismo número de faltas; y sólo los azulgrana asoman como un equipo con más pases (17.350-20.003). Xavi asegura con mucha razón que, en términos de presión, es más fácil jugar en el Girona. Pero el milagro de Míchel ha consistido en poner a su equipo a la altura de un trasatlántico como el Barça. El club blanc-i-vermell ha aprobado un presupuesto de 60 millones para la temporada 2023-24, catorce veces menor que el de su rival hoy (859). Mientras el Barça maneja un límite salarial de 270 millones, el Girona mueve 51 (altísimo, eso sí, para su presupuesto).

Sobre el campo, habrá experiencia (Blind-Gündogan), toneladas de talento (Lamine, Savinho), manejo de balón (Aleix, Pedri), velocidad (Raphinha-Yan Couto), llegada (Iván Martín ante Fermín) y dos killers peleando por ser los máximos goleadores. El frío ucraniano Artem Dovbyk suma 19 goles y Lewandowski llega lanzado (16). Pero, especialmente, el derbi catalán mirará a los banquillos. Por cómo se produjo, y aunque el Barça disparó 31 veces, el 2-4 de la primera vuelta dejó tocado a Xavi, que empezó a perder la Liga allí. Una revancha completa no sólo exige una victoria del Barça en Montilivi. También el triunfo de la estética culé.

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