El debate de Ancelotti

Rodrygo se ha ganado un sitio con sus goles, pero no cabe a menos que Ancelotti renuncie a su guardián del mediocampo, Tchouameni.

JESUS ALVAREZ ORIHUELADiarioAS

El Clásico exigirá a Carlo Ancelotti sacar el mejor once posible, el de gala. El curso pasado ya experimentó lo que supone ir a un partido contra el Barcelona sin toda la artillería lista: en el Bernabéu faltó Benzema y el italiano hizo una probatura, Modric como falso nueve, que salió fatal, como demostró el 0-4 final. El técnico tiene claro diez de los once elegidos para mañana y una sola duda: cómo encajar en el equipo a un Rodrygo que se ha ganado jugar de inicio un partido como este.

El brasileño ha cumplido a la perfección en ausencia de Benzema y lleva cuatro goles y tres asistencias. Pero el retorno del francés le ha cerrado la puerta del once, al menos en apariencia. En los últimos cuatro partidos Ancelotti le ha mantenido en el equipo titular aprovechando las rotaciones en el medio, pero ante el Barcelona Kroos y Modric tienen todas las papeletas para partir de inicio y, con Valverde en estado de gracia (también lleva cuatro goles), sólo cabe una opción para que Rodrygo juegue de inicio: que el que vaya al banquillo sea Tchouameni.

El francés sólo ha dejado de ser titular en un partido (ante el Mallorca, antes del parón), pero a sus 22 años tiene energía para lo que le pidan y es el único mediocentro defensivo puro de la plantilla, un rol fundamental desde la venta de Casemiro. Las opciones de Rodrygo de ser titular pasan por que Ancelotti considere que Tchouameni debe descansar en el Clásico y que sea Kroos el mediocentro del equipo, retrasando a Valverde a una posición de volante puro en lugar de actuar como extremo.

Es una duda, en cualquier caso, que no le quita demasiado el sueño a Ancelotti en este momento: las mejores opciones de ser titular las tiene Tchouameni, con Rodrygo quedando como revulsivo. El francés, además, tiene ganas de Clásico: “Mi primer recuerdo es con Cristiano pidiendo calma al Camp Nou. Va a ser una gran batalla”. Con Tchouameni, Kroos y Modric pueden soltarse más, conscientes de que el francés abarca mucho campo. Si finalmente el centro del campo es Kroos, Valverde y Modric saben que deben ayudar más en tareas defensivas para que la medular madridista no sea frágil.

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