El cumpleaños más amargo de Joan Martínez

Si el destino no hubiera puesto una enorme y traicionera piedra en su camino, este martes 20 de agosto habría sido un día de ensueño para Joan Martínez. El joven central de Alginet habría cumplido 17 años viviendo un momento de felicidad plena como jugador del primer equipo a todos los efectos, a la espera del entrenamiento del miércoles a las órdenes de Ancelotti. El central de Alginet deslumbró a Carletto en la gira americana y el italiano le aseguró que sería uno más de la plantilla hasta la recuperación definitiva de David Alaba.

En un universo paralelo, Joan habría viajado a Varsovia para disfrutar el triunfo en la Supercopa de Europa, habría estado en el estreno liguero en Son Moix y tendría hueco en todas las próximas convocatorias blancas, incluida la Champions. Sin embargo, un desafortunado choque con Endrick, seguido de un mal apoyo, durante un entrenamiento hace diez días, destrozó en mil pedazos el jarrón de las ilusiones del prometedor talento.

Todos los jugadores del primer equipo se volcaron para animarle. Desde Rüdiger, que llegó a ofrecerle su casa para instalarse durante unos días, hasta Mbappé, le enviaron mensajes de estímulo. Joan apenas tuvo tiempo para el lamento. Asimilado el severo impacto, se puso a trabajar para volver más fuerte.

El consuelo de no tener afectados ni menisco ni cartílagos le sirvió como un leve refuerzo moral. Durante la pasada semana, el joven valenciano acudió cada día a la clínica de Valdebebas para hacer trabajo de fisioterapia, bajar la inflamación y preparar la intervención quirúrgica.

Los nervios de este martes no serán por los regalos que le esperan sino por la visita al eminente doctor Leyes, quien le dará cita para la operación y le marcará las pautas a seguir antes y después de su paso por el quirófano. Su mejor obsequio, como ha comentado en su círculo más próximo, es que la cita con el bisturí sea lo antes posible para empezar a restar días a su reaparición.

Joan, que se incorporó al Madrid en verano de 2023 procedente del Levante, cuenta con el apoyo absoluto del club a todos los niveles, algo que ha supuesto un inestimable refuerzo emocional en un momento tan delicado a nivel psicológico. Desde las oficinas de Valdebebas le han garantizado que la mejora de contrato que iban a ofrecerle será superior incluso a la prevista en un primer momento para demostrarle la confianza incondicional que han depositado en él.

Tras pasar el fin de semana junto a su familia, Joan estará acompañado en su visita al hospital por su madre, María Rosa (el padre, Rafa, no ha podido viajar a Madrid en esta ocasión) y personas de su entorno más cercano. Tanto la entidad como sus familiares, sus compañeros en La Fábrica y sus agentes están tejiendo una red de soporte afectivo para que los duros meses que le esperan sean más llevaderos. Entretanto, el Madrid aguardará con paciencia el regreso del aprendiz de Sergio Ramos, el chico de la larga melena que impresionó por su personalidad en el campo y cautivó fuera por su sencillez y humildad.

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