El Cádiz vuelve a ilusionar

Durante el pasado Mundial de Qatar se hizo viral el “muchachos, nos volvimos a ilusionar” cántico por excelencia de la afición argentina, que tras la Copa del Mundo, la hinchada del Cádiz ha hecho suyo entonándolo en las gradas del Mirandilla. Y ese es precisamente el sentir de los cadistas, que se vuelven a ilusionar al ver como su equipo sale del descenso tras vencer al Mallorca (2-0). Los de Sergio jugaron el que probablemente sea hasta la fecha, el mejor partido de la temporada. Bien en defensa y perfecto en ataque. Y eso que aún no ha encajado las piezas nuevas. Bongonda y Álex marcaron los goles.

Algo ha cambiado en el Cádiz en los últimos partidos en el Mirandilla. La actitud con la que salen los amarillos es otra, queriendo sentirse protagonista. Los de Sergio comienzan los partidos imprimiendo una fuerte presión a sus rivales que les asfixia hasta provocarles un error. Ante el Mallorca, el error llegó pronto, con Momo recuperando un balón en el 10′ en el centro del campo, con un cabezazo teledirigido a Ocampo. Cuando el uruguayo tiene la pelota, sabes que van a pasar cosas y lo que ocurrió fue el primer gol cadista, tras filtrar un pase a Negredo y este asistir a Bongonda para que marcara su segundo gol de la temporada.

El gol aletargó al Mallorca, que en su plan de partido no estaba encajar un gol tan pronto. Los bermellones además pidieron la expulsión de Momo minutos antes, por una fea entrada sobre Grenier (podría haber entrado el VAR perfectamente) y parecía que estaban pensando más en esa acción que en el propio partido cuando les llegó el segundo previa entrada del VAR, por un penalti de Valjent por mano dentro del área. Álex, desde los once mentros, no falló, engañando a Rajkovic en su disparo. El Cádiz tenía una renta de dos goles por segunda vez en lo que va de temporada.

Necesitaba reaccionar cuanto antes el Mallorca y tras el descanso, Aguirre cambió el dibujo quitando a Copete por Kadewere. El plan del Cádiz hasta el momento iba sobre la seda sin que aparecieran los hombres fuertes del Mallorca y mientras no pasara nada, los amarillos respirarían. La segunda parte comenzó con ritmo, con ocasiones en ambas porterías. A una oportunidad de Kadewere, respondía Bongonda con otro acercamiento peligroso. El congoleño jugaba con confianza, encarando, disparando, asociándose. El Mallorca, ya a la desesperada, intentó volcar su juego por banda derecha, donde encontró más opciones, pero el resultado no volvió a moverse. El Mirandilla festejó el triunfo por todo lo alto. No es para menos, el Cádiz vuelve a salir del descenso. Los cadistas se vuelven a ilusionar.