El Betis se deshace en la fiesta de despedida de Gallardo

El Betis recibió un duro correctivo en su primer amistoso de su particular pretemporada. Fue un invitado de honor en la fiesta de River Plate, que despidió al ídolo Marcelo Gallardo como entrenador de la forma más deseada por la afición presente en Mendoza. Los de Pellegrini fueron testigos de una demostración de eficacia que se convirtió pronto en una fiesta local. Los catorce títulos del ‘muñeco’ en ocho años merecían quizás este epílogo tan indeseado por parte del Betis.

El duelo comenzó tan vibrante como descontrolado. Tiró River de ímpetu tras el despliegue de homenajes y pecó el Betis de apuntarse a ese ida y vuelta que tenía demasiadas papeletas de no favorecerle. Loren acompañaba a Borja Iglesias en ataque mientras muchos focos se dirigían al debutante Félix en el centro de la defensa. Nadie tomó los mandos, pero el equipo verdiblanco encontró pronto un espacio que a punto estuvo de aprovechar Borja Iglesias. Su disparo, endeble, no alcanzó la meta pese a sobrepasar a Centurión. Más efectivo resultó el fútbol vertical del cuadro argentino, que lanzó al área un balón que encontró el despeje fallido de Montoya para que desde fuera el área Zuculini enganchara un disparo perfecto que resultó letal para Dani Martín. Estalló la afición de River, rendida a los suyos y a un emocionado Gallardo.

El Betis quiso entonces más mandos. Los tomó por momentos, aunque su medular se derretía sin apenas sostén. Se aprovechó de eso River, que encontró la luz por la banda derecha con la penetración de Herrera para que éste sirviera al área y Zuculini apareciera de nuevo para poner el segundo. Una oda a la eficiencia. Los de Pellegrini respondieron con su receta habitual. Agarró el balón y trató de esquivar la fuerte presión del equipo argentino. Le costó. Quizás demasiado. Canales trataba de aliarse con Fekir y Loren buscaba demostrar cosas para ganarse un sitio. Miranda probó sin acierto y Pellegrini enfiló el descanso a sabiendas que la debilidad defensiva resultaba una condena casi definitiva.

River mantuvo su línea tras reanudación. El Betis arriesgó más y Borja Iglesias tuvo en sus botas la opción de reducir distancias. El gallego no tenía su noche en Mendoza. Los de Gallardo, más replegados, engancharon una contra letal para que el colombiano Miguel Borja pusiera la sentencia bailando ante Dani Martín. Pellegrini tiró de cambios en lo que ya era una fiesta completa en el Malvinas Argentinas. Hubo tiempo para más: Juan Cruz dejó destellos desde el flanco izquierdo y Álex Moreno aceleró lo que pudo. Había otra velocidad en escena, pero ya era tarde. Los argentinos, a la contra, dieron un nuevo golpe con Beltrán aprovechando un error defensivo de altos vuelos.

El Betis dejó sensaciones más agrias que dulces en Mendoza. Fue un invitado casi ideal en la fiesta de Marcelo Gallardo. Pero eso quizás no deje demasiadas satisfacciones al exigente Pellegrini. El chileno mira ya a su doble duelo ante Colo-Colo para medir sensaciones y esbozar nuevas metas. Enfrente tenía esta vez a un Gallardo que quizás se cruce más veces en su camino. El que emprenderá tras ser el todo en River Plate. Nunca un adiós fue tan sincero. Su emoción, en silencio, resultó el mejor ingrediente de esta cita que ya forma parte de la historia.