El Betis acaricia Europa

El Betis impuso su eficacia para frenar el sueño del Rayo y acariciar un nuevo billete a Europa. Lo hizo merced a un latigazo imparable de Sabaly y un tanto de Ayoze que resultaron definitivos pese a que Comesaña redujo diferencias en un segundo tiempo meritorio del equipo madrileño. El éxtasis definitivo llegó en el cierre con la irrupción estelar de Joaquín y la sentencia de Borja Iglesias. Los de Pellegrini se asientan en la sexta plaza e imponen una diferencia de siete puntos respecto al Girona. Parece más lejano el sueño Champions, pero los verdiblancos encaran su semana de derbi bajo la sensación de haber despertado en esta Liga. Los de Iraola, que chocaron contra la madera en tres ocasiones, siguen sin fuelle a domicilio y minimizan su lucha por la séptima plaza.

Sin apenas respiro, el Rayo amenazó primero. Raúl de Tomás puso un pase profundo para la carrera de Álvaro, que superó a Sabaly antes de estrellarse contra Claudio Bravo. El rechazo le entregó a Isi la opción del 0-1, pero su disparo se estrelló contra el poste cuando lo tenía todo a placer. Respiró el Betis, que apretó a Isi para que Ayoze le quitara el balón y lanzara una contra veloz que William Carvalho desperdició al rematar con demasiada parsimonia. El duelo era eléctrico. Y los espacios resultaron un tesoro para ambos. Pero el equipo verdiblanco sí aprovechó ese saque de esquina para cazar el rechazo a través de Sabaly, que lanzó un misil a la escuadra con su zurda y levantó al Villamarín. El inicio ya era una locura.

El Rayo no desesperó. Tiró de verticalidad y Trejo tomó los mandos en tres cuartos. Tras otra internada por el flanco zurdo, Isi apareció para volver a encontrarse con el poste tras una buena parada de Bravo. Al Betis le costaba contener. Y RdT aparecía de espaldas para desarbolar cualquier plan de la zaga bética. El ariete protegía, pausaba y lanzaba ataques desde su posición de nueve móvil. Guido no bastaba en el sostén local para frenar las crecientes acometidas del valiente equipo de Iraola. El Betis, mientras, soñaba con pausar un ritmo demasiado eléctrico y lo conseguía por momentos.

El equipo de Pellegrini no titubeó sin balón, pero las ansias de recuperarlo siempre estaban presentes. Y fue Canales, con otra carrera casi imposible, el que forzó otro saque de esquina para enviarlo al área, encontrar el remate de Willian José y asistir a la aparición letal de Ayoze para el 2-0. El canario fue el más listo en el área ante un Balliu desesperado. La eficacia verdiblanca resultaba mortífera para un Rayo que había dejado de encontrar a Isi y Trejo con tanta facilidad.

El Rayo fue a por todas tras el descanso y encontró pronto su premio tras la enésima internada por la izquierda de Álvaro, que se alió con Fran García para que éste lanzara al área un servicio medido que encontró un buen remate de cabeza de Comesaña. Tembló el Betis, que ya no se sintió tan cómodo sin el balón. Trejo hizo temblar el larguero de Bravo en otra muestra de frialdad en la zona defensiva del equipo bético, que tenía en Guido a un guardián incansable en una zona media en la que reinaba el Rayo. Iraola apostó por Camello y Pellegrini por Borja Iglesias. Había ansias de pegada en Heliópolis.

El cierre tuvo más locura que fútbol. Sin Trejo, el Rayo se encomendó a los centros a Falcao y Edgar fue un muro en el área. Había tiempo para todo. También para que Joaquín entrara al duelo en el último suspiro y se agarrara aún a la posibilidad de igualar el récord de partidos en Primera de Zubizarreta. Podía parecer un cambio anecdótico, pero no lo fue. El portuense aprovechó un pase interior de Rodri para penetrar en el área y regalar la sentencia a Borja Iglesias. Europa toma cierto color verdiblanco. Aunque el Rayo aún no tire la toalla en una pelea que aún promete más batallas.