El Barça recupera el corazón en el Clásico
Remontó por primera vez en seis años (y en 34 años en el Camp Nou) un partido contra el Madrid. Ha ganado los tres últimos y consiguió su victoria número 100 en partido oficial ante los blancos.
Definitivamente, el Barça ha recuperado el corazón y el pulso en el Clásico. No sólo dejó casi sentenciada la Liga con el gol de Franck Kessié. También remontó su primer partido en seis años contra el Madrid. El último había sido en abril de 2017, el de Messi enseñándole la camiseta al Bernabéu. Aquella noche (2-3), el Madrid se había adelantado con un gol de Casemiro y el Barça le pudo dar la vuelta. Es más, el Barça llevaba 34 años, desde 1989, sin remontar en el Camp Nou un partido en el que el eterno rival se ponía por delante. El dato habla mucho del alma y del hambre de un equipo que ha sido capaz de ganar los últimos tres Clásicos, cada uno de una forma.
El Clásico de la victoria número 100 del Barça fue el triunfo de la épica. Después del recital futbolístico de Riad, y del ejercicio de supervivencia del Bernabéu en la ida de la semifinal de la Copa, a los de Xavi esta vez les tocó la cara de la moneda en un final de infarto, con un gol anulado por milímetros a Asensio y una aparición angelical sobre la hora del Presidente Kessié. El último Barça de la era Messi había sido un equipo pusilánime y entregado a su suerte en el Clásico. En Liga, llegó a perder cuatro partidos seguidos. La sensación de superioridad del Madrid, pese a no plasmarse en grandes goleadas, había sido palpable. Los blancos se pasearon en el Camp Nou y ganaron con solvencia en Valdebebas (pandemia) y Bernabéu. Las cosas empezaron a cambiar con el 0-4 de la temporada pasada. Y este curso, la tendencia ha virado definitivamente. Después del 3-1 de la primera vuelta, partido en el que pesó mucho la ausencia de Araújo y el error táctico de Xavi de hacer coincidir a dos cromos iguales (Dembélé y Raphinha) en el equipo, el Barça le ha dado la vuelta a la situación y ha ganado tres Clásicos consecutivos. Ahora sólo espera cerrar a lo grande el curso en la vuelta de la semifinal de Copa.
El Barça, por cierto, celebra la aparición de la herramienta del VAR. Al menos, en las últimas semanas. Gracias a las revisiones, se le concedió un gol legalísimo en el Bernabéu en la Copa, otro en San Mamés de Raphinha después de una asistencia de Busquets; y, finalmente, no se concedió el de Asensio. La historia hubiese sido distinta para el Barça, que ahora toca la Liga con los dedos. Gracias a la tecnología pero, especialmente, al alma y al hambre que, más que fútbol, ha recuperado.