ATLÉTICO DE MADRID

El Atlético es un mar de dudas

El equipo no encuentra el rumbo. Los jugadores no consiguen plasmar el nuevo ideario de Simeone. Ha perdido músculo en el medio y contundencia atrás.

“Que no nos confundan. A nosotros nos gusta la pizza. Si te gusta la pizza, come pizza. No comas otra cosa”. Eran las palabras de Simeone allá por 2019. Pero, con el paso de los años, al Atlético se le indigestó la pizza. Cambió su cuerpo y su metabolismo. Menos carácter, menos músculo y jugadores más proclives al balón. Y, en su metamorfosis, al Atlético le cuesta encontrarse. Sentirse cómodo, que sea natural, tener una identidad que en estos momentos se da por perdida.

Hasta llegar a un punto en tierra de nadie. “Hay que entender el momento del partido, si queremos jugar desde atrás tenemos que comprometernos más para encontrar al hombre libre”, explicaba tras la derrota contra el Betis un Josema Giménez que, después de Koke, es el que más tiempo lleva en la plantilla rojiblanca. “El entrenador no ha logrado darle a los jugadores lo que necesitaban para que puedan responder al partido que jugábamos hoy. Lo planteamos de una manera y no pudimos representarlo en el juego. El entrenador tiene una idea, los jugadores lo representan y el responsable es el entrenador (...) El entrenador es el que tiene que resolver esa situación. A partir de que el entrenador tenga una idea que los jugadores puedan representar de la mejora manera lo harán mejor (...) Desde mi persona hay cosas para mejorar, trabajo por delante, tengo que sacar más partido a las características de los jugadores nuevos y el primer foco soy yo”, añadía un autocrítico Simeone.

El Cholo jamás había perdido contra Pellegrini (ocho victorias y cuatro empates). Era su kryptonita. Pero el cholismo es menos cholismo que nunca. Su Atlético actual en nada se parece al de hace una década. La defensa quiere construir con balón, pero no gana duelos. El centro del campo es de toque, pero pierde en intensidad, no llega y no tapona. No sabe ni hacer faltas ni parar el juego. Dos líneas completamente comprometidas con las lesiones de Le Normand, Llorente y Barrios. Una victoria, dos empates y tres derrotas en los seis últimos partidos. A diez puntos del Barcelona en Liga y con tres puntos de nueve en Champions y un -5 de diferencia de goles. Y la peor sensación posible, el Atlético no sabe a lo que juega.

Antonio Adán, que conoció por dentro el vestuario colchonero, se explicaba en AS en la previa del partido contra el Betis: “Es una cuestión de características de jugadores. Se han perdido muchos futbolistas con ese carácter y personalidad de Godín. Se ha perdido fuerza en el medio y repercute en la forma de defender. Ahora tiene otras cualidades. Han desembolsado 200 millones de euros en otro tipo de jugadores, más de cara al ataque. Jugadores de un nivel enorme, pero defensivamente se ha perdido ese músculo que tenía antes”, expresaba el portero.

Deconstrucción complicada

Y si el medio no sostiene y la defensa no defiende, es imposible que el ataque brille. Por mucho que Julián Alvarez deje destellos, lo intente. Que Griezmann siga teniendo fútbol en su cabeza y sus botas. Que Sorloth fuese el segundo máximo goleador de la pasada Liga. El Atlético necesita definir a qué quiere jugar. Y si tiene los futbolistas para ello. No ir contra natura. Simeone tenía su máquina perfecta cuando contaba con jugadores como Godín, Miranda, Giménez, Savic, Juanfran, Filipe, Tiago, Gabi, Koke, Arda Turan, Griezmann, Diego Costa, Raúl García, Saúl y más y más futbolistas que se adaptaban al cholismo de maravilla. Pero, la gran mayoría ya no están. Y no hay trabajo más difícil que transformarse. Por eso hay tan pocos proyectos largos en los banquillos.

Simeone se deconstruye, pero los resultados no llegan. Volver al origen o seguir el cambio es la principal duda. ¿Qué jugadores tiene para cada alternativa? Los datos de @atletico_stats_ sitúan el foco en un problema. Nahuel Molina ha ganado ¡cero! de 16 duelos en los dos últimos partidos. El Atlético dio un paso adelante en ese aspecto con el fichaje de Le Normand y lo ha perdido con su lesión. Koke sufre en el pivote y no hay ninguna alternativa física, de músculo en el banquillo. El capitán lo sigue jugando todo, sin Barrios no hay plan B. Y, en ningún caso hay un plan C totalmente opuesto a sus características. El Atlético está perdido. Incluso entre su afición cunde la desunión. El ambiente en el Metropolitano está enrarecido. Las patas de la mesa tiemblan. La temporada se le escapa en octubre y necesita reconducirla. Está a tiempo, pero el reloj cada vez apremia más rápido. Y el Atlético sigue nadando contranatura.

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