El Atlético, con un ojo en sus cedidos

EI Atlético no pierde de vista a sus cedidos. El club ha recurrido de nuevo a los préstamos para curtir a varios jóvenes de enorme proyección. Antaño se tuvo éxito con jugadores que luego fueron activos importantes para Simeone como Saúl, Thomas, Diego Costa o más recientemente Riquelme y Lino, que se han ganado un sitio tras sus cesiones a Girona y Valencia.

João Félix se marchó cedido al Barça después de un verano convulso en el que la cuerda se estiró demasiado, tanto por parte del jugador con el club y como por el malestar de la afición, motivado por su deseo público de jugar en el club blaugrana. El portugués volverá a marcar el futuro del club en el aspecto económico, con la esperanza de poder acordar su venta y obtener beneficios que le permitan completar una plantilla “descompensada”, como ha reiterado el Cholo en varias ocasiones.

Por su parte, Santiago Mouriño tuvo que salir cedido al Zaragoza ‘por necesidad’, ante la falta de fichas. El uruguayo tenía que abandonar el club sí o sí para poder inscribir a Caglar Söyüncü. El overbooking debía solventarse para que el turco pudiese debutar en la primera jornada como así hizo. El charrúa, que aún no había disputado ni un solo minuto desde que llegó al club maño, tuvo su primera oportunidad ante el Cartagena, donde cuajó una notable actuación en la victoria de su equipo por 1-3. En ese mismo encuentro, Víctor Mollejo (también rojiblanco) consiguió anotar el tercer gol de los zaragozanos. El delantero está completando buenas actuaciones partiendo desde el banquillo.

Otro de los hombres a seguir es Carlos Martín. El joven delantero, pichichi de la pasada temporada en Segunda RFEF con el Atlético B, ha caído de pie en el club de Anduva. Con su doblete ante el Andorra (victoria por 4-3), el colchonero suma cinco goles en sus cinco primeros encuentros en la división de plata. Unos datos muy alentadores para reforzar la posición de 9 de cara a la próxima temporada.

Continuando con los delanteros con futuro, Samu Omorodion, que le bastó un partido con el Granada en el Cívitas Metropolitano para enamorar a la directiva rojiblanca. El melillense se marchó al Alavés tras la grave lesión del propio Giuliano Simeone. Este último sufrió una fractura de peroné en pretemporada que le mantendrá alejado de los terrenos de juego durante un largo tiempo.

El método de cesiones ya triunfó en el pasado

Un gran ejemplo de cesiones satisfactorias han sido las del pasado curso de Samuel Lino (Valencia) y ‘Roro’ Riquelme (Girona). Los dos futbolistas han vuelto en un gran estado de forma y con experiencia en el bolsillo y han sido una de las sorpresas de la pretemporada. Tanto es así que Simeone quiere contar con ellos y que sean parte importante del grupo. Con la marcha de Carrasco a la liga árabe sus papeles podrían tornarse y podrían ser fundamentales en el once titular.

Saúl Ñíguez se marchó cedido en la temporada 2013-2014 al Rayo Vallecano. En las temporadas posteriores, se convirtió en un jugador fundamental realizando una gran campaña en Europa, sobre todo en 2016, con su gol ‘maradoniano’ al Bayern y año en el que el conjunto rojiblanco fue finalista de la Champions League.

Thomas Partey, al igual que Saúl, también salió cedido aquella temporada y la siguiente (2013-2014 y 2014-2015), ganando experiencia en Mallorca y Almería, respectivamente. En su vuelta al club colchonero completó grandes actuaciones en LaLiga, consagrándose como uno de los mejores cierres de la competición. Este gran rendimiento llamó la atención del Arsenal, que en 2020 depositó los 50 millones de cláusula para trasladarlo a Londres.

Diego Costa, otro imprescindible de Simeone, también salió cedido al Rayo Vallecano (2011-2012). En su regreso, pese a no tener hueco en plantilla de inicio, cambió las tornas y consiguió convencer al técnico argentino y ser clave en la Liga de 2014 y posteriores títulos. Previamente también pasó cedido por Braga, Celta, Albacete y Valladolid.