LAS PALMAS

El aprendizaje del Bernabéu

Las Palmas capituló 2-0 en el coliseo blanco. “El único partido que no competimos”, insiste García Pimienta. Fue la última titularidad de Jonathan Viera.

Las Palmas
Rodrigo JimenezEFE

En medio del revuelo generalizado por la estrambótica actuación arbitral, VAR incluido, del pasado domingo en el partido Real Madrid-Almería, Las Palmas recibe este sábado a la hueste de Carlo Ancelotti con el convencimiento de, al menos, tener la capacidad de obligar al reciente campeón de la Supercopa de España a dar el máximo sobre el césped del Estadio de Gran Canaria para llevarse esos tres puntos que el equipo insular siempre vende tan caros.

En público y en privado, lo mismo da que sea el cuerpo técnico que los futbolistas o los rectores del club, se reconoce en Las Palmas que el partido de ida fue el único en el que la formación insular no llegó a competirle a su rival. A ello se ha referido en varias ocasiones su propio entrenador, García Pimienta. Dio incluso la sensación de que se daba el duelo perdido de antemano de tantas rotaciones como hubo en el Bernabéu.

De hecho, aquel 27 de septiembre fueron titulares futbolistas de los que apenas se ha tenido más noticias: Curbelo (90 minutos, los del Bernabéu), Cristian Herrera (122), Sinkgraven (229), Mfulu (77, el que menos ha jugado) o Sory Kaba (584). Entre los fijos apenas se contó de inicio con Valles, Coco, Javi Muñoz o Jonathan Viera, que fue titular por última vez en el coliseo blanco. Llegaba el equipo destensado a Madrid, pues unos días antes, contra el Granada, había conseguido por fin la primera victoria en este retorno a Primera División.

Ni Viera sigue en el club ni Las Palmas es el entregado equipo que fue en la capital de España, demostrándose así mismo que no podía fiarlo todo al 21. De hecho, aquel 2-0, corto marcador pese a todo, supone la derrota más abultada del equipo grancanario, cuyas ocho derrotas restantes han sido por la mínima. Una de las enseñanzas vestidas de evidencias de aquella tarde en la capital de España fue la necesidad de la Unión Deportiva de apostar por la primera unidad para, al menos, ser competitiva ante cualquier equipo, como así demostró antes y después de aquella mala jornada intersemanal en el Santiago Bernabéu. Todos los fijos dieron siempre un paso adelante.

Posesión.

Sucede también que Las Palmas, salvo ante el Barcelona, ha tenido más posesión que su rival en todos los partidos que ha jugado, haya estado más o menos sometido el equipo grancanario. También hace cuatro meses en el coliseo blanco tras aquella terapéutica derrota: 47%-53%. Sin embargo, el exceso de juego horizontal, comodísimo el Real Madrid defendiendo, le impidió generar peligro delante de Kepa. De nada le valió dominar la tenencia del cuero.

Así, tampoco le sacó provecho a la superior posesión ante uno de los mejores equipos del planeta si no era más valiente en ataque. Desde entonces intentó ser más vertical, y las ocasiones de peligro malogradas se acabaron multiplicando hasta los últimos dos partidos: cinco de sus 21 goles totales llegaron ante Villarreal (3-0) y Rayo Vallecano (0-2).

Asumió también Las Palmas que, a poco que flojee en defensa, el peligro rival se cuela por todos los lados. Un lujco que sí podía permitirse el curso pasado en Segunda División. Por eso, también en el Bernabéu entendió que no podía permitirse el lujo de flojear ni un segundo atrás, mucho menos ante ogros como el Real Madrid. De hecho, solo al propio equipo blanco, su próximo rival, le han marcado menos goles: 13 y 17, respectivamente.

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