Douvikas es el killer del verano

El primer amistoso del Celta con Borja Iglesias en la convocatoria volvió a tener como protagonista a Anastasios Douvikas. El quinto tanto del delantero griego en lo que va de pretemporada permitió a los pupilos de Claudio Giráldez doblegar por la mínima al Gil Vicente portugués. El killer del verano marcó delante del Panda, un espectador más en la ciudad deportiva Afouteza. El único fichaje celeste no debutó en la tarde de la reaparición de Joseph Aidoo, después de nueve meses en el dique seco debido a una grave lesión, y del regreso de la mejor versión de Carles Pérez, tras mucho tiempo sin que le saliera prácticamente nada. El conjunto vigués, con las ideas claras y algunas lagunas en su juego, acumuló su cuarto ensayo y se mantiene invicto.

Con los canteranos Damián Rodríguez y Hugo Sotelo en la sala de máquinas, la primera parte se le acabó haciendo bola al cuadro olívico. No encontró fisuras en el duodécimo clasificado la pasada campaña en la liga portuguesa, un equipo que mezcla futbolistas exuberantes en el aspecto físico con otros de buen pie. Mejor en la presión tras pérdida que en la circulación, el Celta concedió dos ocasiones dobles, muy claras. En la primera Cervi se vio obligado a derribar a un rival en la frontal del área, el lanzamiento de falta de Maxime Domínguez no entró por poco y en el posterior saque de esquina Iván Villar mostró reflejos felinos ante el cabezazo de Depú.

La calidad de los portugueses en el manejo del esférico provocó otro desajuste celeste cerca del descanso. Maxime se recreó ante el meta de Aldán al querer superarlo con un taconazo. El balón se marchó a saque de esquina y por segunda vez en el encuentro los pupilos de Giráldez mostraron su debilidad en la estrategia. El navarro Jorge Aguirre remató alto en una situación ideal para fusilar a Villar. Una temeraria entrada de Mory sobre Damián lesionó al pivote -sufre un esguince de tobillo- y mandó el partido a los vestuarios.

Los locales estuvieron poco incisivos en ataque, salvo en un par de apariciones de Cervi como carrilero zurdo, hasta que el partido se reseteó a la hora de juego con un aluvión de cambios en los dos equipos. Saltó al terreno de juego Williot Swedberg, que sirvió un tanto en bandeja a Alfon que el albaceteño no materializó, y también entró Douvikas. El griego venía de firmar tres goles ante el Vizela el pasado sábado, de ver puerta el martes contra el Sporting de Gijón y prolongó su racha frente al Gil Vicente. Con la frialdad que le caracteriza resolvió una jugada que generó Carles Pérez.

El extremo catalán robó y asistió en el único tanto del partido. Hacía demasiado tiempo que no desequilibraba y lo hizo cuando Giráldez lo movió del carril al puesto de enganche por la derecha. Desde la diana del Celta todo pasó por las botas de Carles Pérez. Estuvo a punto de marcar en un remate a placer frustrado por un penalti no señalado y en otra inmejorable ocasión en la que se cegó en la definición.

Sin los problemas defensivos del primer tiempo, el equipo gallego disfrutó de una plácida segunda parte. A falta de un cuarto de hora llegó el momento más esperado con la reaparición de Aidoo. Ocupó la posición de libre y dejó buenas sensaciones. Un fichajazo de confirmarse que la rotura del tendón de Aquiles ha quedado atrás. Con la contagiosa sonrisa del ghanés, el Celta cerró el primer bloque de su pretemporada. Los próximos tres amistosos serán lejos de Vigo, uno en Francia y dos en Inglaterra.

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