¿Dónde está Griezmann?

El Atlético se ha caído en la semana más importante del año. A la eliminación de la Champions en los cuartos de final ante el Borussia Dortmund le siguió otro partido de Liga decepcionante en Vitoria, ante el Alavés, donde el equipo del Cholo se mostró sin alma, tocado y hundido para sumar su octava derrota a domicilio en Liga (11 en total), aunque aún le quede el objetivo primigenio por cumplir, la clasificación de la próxima Champions. Su competencia es el Athletic, precisamente el próximo rival. A tres puntos está. En el caso de ganar adelantará a los del Cholo en esa última batalla, la del cuarto puesto, para sembrar de nervios las últimas cinco jornadas. Nunca en sus doce años Simeone no logró ese objetivo. Este sábado a las 21:00 es el día D, la hora H. Y el Cholo necesita a su mejor jugador de vuelta: Antoine Griezmann.

Porque el francés no ha estado en los dos últimos partidos. Quizá sea el tobillo, ese esguince que sufrió en San Siro, en la ida de octavos de final ante el Inter, y que le paró tres semanas con la única intención de recuperarle para el tramo que cuenta de la temporada, donde los títulos se destapan. Pero si al principio lo consideró leve a medida que fueron pasando los días se agudizó su gravedad. El francés ya no pudo disputar la vuelta de las semifinales de Copa del Rey ante el Athletic en San Mamés y no regresó hasta la de octavos ante el Inter en el Metropolitano, donde el Atlético ganó. Cada partido después lo ha terminado con una bolsa de hielo gigante cubriéndole la articulación, además de falto de resuello y respiración, fundido, quizá pagando el peso de apenas rotar en toda la temporada salvo por extrema necesidad. Simeone no sabe jugar sin Griezmann y quizá, ahora, esté pagando esa necesidad.

El francés ha sido el segundo futbolista de campo más utilizado por el técnico argentino en la temporada (tras Witsel), con 3.483 minutos repartidos en 43 partidos. Y su máximo goleador (21 tantos) y también asistente (8). El mejor. Pero el francés no puede hacerlo todo. Iniciar la jugada y terminarla. Ante el Dortmund no restó pero tampoco sumó y eso que llegaba al partido en alto, con la bota afilada tras marcarle un doblete al Girona. Ante el Alavés no estuvo directamente. Desconocido, apático, apagado y triste, en ese jugador que siempre define su sonrisa.

Dependencia del francés

¿Dónde está Griezmann? Quizá en el agujero en el que se ha introducido el propio Atlético en los últimos partidos. Pero es necesario que vuelvan. Que el jugar un partido de esa trascendencia ante un rival que te ha ganado las tres veces en las que te has enfrentado en la temporada, y además bien, con contundencia en la Liga (2-0 en San Mamés) y con contundencia en la Copa (0-1 en el Metropolitano y 3-0 en San Mamés) requiere que los mejores vuelvan para sacar al Atleti del hoyo. En el caso de ganar, los rojiblancos alejarían a seis puntos a los vascos y respirarían, podrían empezar a olvidar el mal terminar de una temporada que empezó en alto y con solo el lunar de Mestalla, la primera derrota fuera que terminaría marcando el camino del curso. En el caso de perder... un problemón de La incógnita es cómo está el tobillo de Griezmann.

Son catorce los goles que el francés le ha marcado al Athletic (en 32 partidos), siempre empujado por esa rivalidad con la que creció en Zubieta y porque un gol ante el equipo vasco, de hecho, fue su puerta al fútbol profesional, cuando llegó a San Sebastián a probar con la Real Sociedad de la mano de Eric Olhats. Le marcó en los dos enfrentamientos de la temporada pasada (para sendas victorias del Atleti) pero en esta no lo ha hecho en ninguno. Ahora el Atleti se encomienda de nuevo a su bota. Para resurgir de sus cenizas.

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