BARCELONA

Deco suspende

Las cesiones de Cancelo y João Félix no han dado el salto deseado a la plantilla y Vitor Roque es un melón por calar. No intervino en los fichajes de Iñigo y Gündogan, que estaban apalabrados; y el de Oriol Romeu fue un asunto de Xavi.

GORKA LEIZADiarioAS

Deco terminará su primera temporada como director deportivo del Barça con suspenso. Aunque desde dentro del club se filtró a su llegada que había aterrizado con galones, lo cierto es que se inhibió en la gran decisión deportiva de la temporada. Cuando Xavi le dijo a Laporta que se marchaba en junio, fue el presidente quien decidió unilateralmente que aceptaba ese escenario “por ser quien es Xavi”. Deco no cupo en ese asunto que, obviamente, afectaba al destino de la primera plantilla y, especialmente, a la planificación, todavía pendiente de ese adiós con posible marcha atrás del técnico.

El resto de los movimientos del brasileño, ex representante de Raphinha, no han sido exitosos. Los Joãos, una de sus primeras operaciones como director deportivo, no han dado el nivel. La cesión de Cancelo ya estaba casi cerrada a su llegada, pero Deco la completó con la llegada de João Félix en contra de la opinión de Xavi, quien deslizó a través de sus colaboradores más cercanos durante la gira de verano por Estados Unidos que no se trataba de una prioridad, lo que ha confirmado luego con sus decisiones deportivas. João ha colaborado en 16 goles del Barça (diez goles y ocho asistencias), pero ha confirmado la irregularidad de la que se le acusó en el Atlético. Cancelo ha mandado la temporada al infierno con tres errores inaceptables en la última semana. El pasado martes, permitió el remate de Dembélé en el 1-1 y le hizo un penalti absurdo al Mosquito que dio origen al 1-3. Contra el Madrid, regaló la acción del penalti y no siguió la marca de Lucas Vázquez en el 2-2.

Deco sólo le puso la rúbrica a operaciones que habían sido gestadas por Mateu Alemany y Xavi. Iñigo Martínez, Gündogan o el mismo Oriol Romeu, presentado en Estados Unidos donde aún estaba el ejecutivo mallorquín, no entran en su ‘jurisdicción’. Iñigo y Gündogan eran operaciones que ya estaban encarriladas por Xavi y Alemany. Deco tampoco fue capaz de parar, si es que lo pretendió, la marcha de Dembélé. Y, para acabar, y pese a las peticiones de Xavi (Zubimendi y Kimmich en el perfil alto; Lo Celso, en el bajo), anticipó el fichaje de Vitor Roque quien, visto lo visto, y pese a sus cualidades, no estaba todavía para dar el salto a Europa y jugar en el Barça. Al menos, bajo las órdenes de Xavi, que no le ha dado demasiadas oportunidades.

Deco se enfrenta a un verano difícil en el que va a ser mirado con lupa, especialmente por la buena relación que le une con Jorge Mendes, tan determinante en muchas operaciones y con quien el club debe cerrar la ampliación de contrato de Lamine Yamal, la gran joya de la corona, que en julio cumplirá los 17 años. Y no sólo eso. También el regreso de Ansu Fati y el futuro de los Joãos. Habrá que comprobar, además, si su cuota de poder respecto al futuro entrenador cambia en los próximos días. De momento, no ha tenido mucha y la continuidad de Xavi sería un ataque indirecto a su autoridad. De seguir, es un tanto que se apuntarían Laporta y el entrenador en un club que, pese a la llegada del brasileño, es eminentemente presidencialista.

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