De Cesarini a Xabi
El actual entrenador del Real Madrid hizo del Leverkusen un equipo experto en ganar partidos en los últimos minutos.
“¡Hasta el final! ¡Vamos, Real!” Un lema, casi convertido en eslogan del club, que ha llevado en volandas al equipo a tantas y tantas remontadas memorables en los últimos años. Las del City y las del Bayern en las semifinales de Champions camino de la 14 y la 15, por no echar la vista demasiado atrás. Un leitmotiv que está a salvo con Xabi Alonso. Casi garantizado. El técnico tolosarra domina a la perfección la zona Cesarini, esos últimos minutos en los que los partidos dan un giro de guion. Xabi convirtió al Bayer Leverkusen en un equipo experto en ganar partidos en los instantes finales.
El histórico título de la Bundesliga que logró para el equipo de la aspirina en la 2023-24 se sustentó en esa fe inquebrantable para luchar hasta el final. Los números hablarán de aquel Bayer Leverkusen como una apisonadora, que acabó el campeonato invicto (28 victorias y solo 6 empates) y casi la temporada. El Atalanta, en la final de la Europa League, fue el único capaz de doblegar a los alemanes. Pero el cero en el casillero de derrotas fue gracias a muchos finales trepidantes. Solo en los añadidos de los partidos, aquel Leverkusen campeón evitó tres derrotas y sumó nueve puntos. Por no recordar también partidos como el del Hoffenheim dos semanas antes de levantar el título, cuando iba perdiendo 0-1 en el BayArena en el 87’ y acabó ganando 2-1.
En aquella Europa League que al final se les escapó protagonizaron otras dos remontadas in extremis. En octavos, el Qarabag iba por delante en el minuto 70 del partido de vuelta con un 2-4 en el global. No hubo ni que llegar a la prórroga. Frimpong, en el 72’, y un doblete de Schick en el añadido (93’+ y 97’+) clasificaron a los alemanes. Y luego, en semifinales, cuando la Roma les tenía contra las cuerdas tras igualar el 0-2 de la ida, sendos goles en el 82’ y en el 97’+ les dieron el billete para la final. En total, en los casi tres años que estuvo allí el tolosarra, el Leverkusen le dio la vuelta a 12 partidos y empató otros 15 en los que iba por detrás en el marcador.
Ese buen manejo de la zona Cesarini ya se dejó notar en el Mundial de Clubes, aunque no fue para remontar un partido, sino para salir de un apuro. Cuando el Dortmund apretaba en cuartos, Mbappé marcaba en el 94’+ el 3-1 que daba cierta tranquilidad y que, junto a las paradas de Courtois (los aurinegros incluso marcaron el 3-2) evitó al Madrid una molesta prórroga.
Noticias relacionadas
¡Tus opiniones importan! Comenta en los artículos y suscríbete gratis a nuestra newsletter y a las alertas informativas en la App o el canal de WhatsApp.
¿Buscas licenciar contenido? Haz clic aquí