Darder se aferra a la salvación

La necesidad pudo con la ilusión. El miedo a caer al abismo fue más fuerte que el deseo de tocar la gloria. Así es como el Espanyol tumbó al Rayo de Iraola por primera vez. Nunca lo habían logrado los pericos con el técnico de Usurbil en el banquillo rival, pero un soberbio Darder, al que secundó Melamed, dejó el gol de penalti de De Tomás en papel mojado. Él estaba llamado a ser el protagonista y tuvo su diana —se le da bien marcar a sus ex—, aunque sin los puntos la alegría se quedó en nada. Al Rayo se le escapa el tren de Europa y, aunque aún es matemáticamente posible (está a cuatro puntos y restan tres jornadas), pinta a milagro. Algo más cerca está la salvación del Espanyol, que se marcha de Vallecas con una bocanada de oxígeno en su lucha a vida o muerte. Lo que ayer parecía imposible hoy resulta probable.

El guion parecía claro y la necesidad precipitaba la acción. La grada lo pedía: “Vamos, Raúl”. A él, los balones. Le brujuleaban Álvaro y Trejo, tanto en largo como combinando. La banda izquierda rayista pintaba letal y el Chocota firmó el primer disparo desde la frontal, aunque se perdió demasiado alto. Más intención llevó un tiro cruzado de Joselu con la zurda, que despejó Dimitrievski con los puños. De Tomás estaba olisqueando la sangre, ávido por meter el colmillo a su presa. Aprovechó un error de Puado para sacar un córner. Terminó en nada, pero sirvió para reactivar el ritmo del partido. Volvió a las andadas RdT, controló con el pecho y lanzó un zurdazo, que detuvo Pacheco.

Cuando más cerca parecía el 1-0, cayó el 0-1. Saltó la sorpresa en el feudo vallecano. Nació en una pared de Melamed con Joselu, quien oteó a Brian y su centro al área derivó en un mal despeje local. El preludio a la tormenta. Óscar Gil se la puso de cabeza a Darder, que libre de marca y con una volea cruzada, prendió la mecha de la esperanza en el Espanyol. Lejos de bajar los brazos, los vallecanos siguieron erre que erre. Especialmente, Álvaro y De Tomás. Mucha gasolina, poco fuego. Le faltaba pegada. Los visitantes probaron de córner, uno de los puntos débiles de los de Iraola, pero Puado se topó con Dimi.

Eso sí, el guion estaba escrito. Hernández Hernández señaló penalti por una mano de Óscar Gil y De Tomás cogió el balón. Quería sacarse la espina y lo hizo por la derecha, con un trallazo que provocó el delirio de Vallecas. “Hoy marca”. “Te lo dije”. Esos comentarios se hicieron Trending Topic en la grada. Marcó el penalti que erró en el Coliseum. Marcó a su ex certificando su particular vendetta, aunque lo celebró con gran respeto y sin estridencias. La primera parte aún aguardaba suspense. Un último susto. Dimi apareció para sacarse un paradón a Sergi Gómez, que buscó el segundo palo, y mantener el 1-1.

Paró la lluvia y volvió el juego. La emoción. Trejo se la filtró a Comesaña, que no supo aprovechar una mala salida de Pacheco y al tratar de buscar a un compañero atrás, terminó perdiendo la ocasión. Aunque no faltaron remates, los uyyys en Vallecas. Melamed la mandó fuera y Pacheco detuvo una de Pathé Ciss a bocajarro, que estaba fuera de juego. El guardameta del Espanyol volvió a ser protagonista frustrando otra de Álvaro. Las pulsaciones no bajaban porque ni los unos ni los otros daban por bueno el empate. Y una vez más, la historia se repitió. Instantes después de que Isi mandase alto el 2-1, cayó el 1-2 como un jarro de agua fría. Darder estrelló el balón en la cruceta y Melamed cazó el rechace. Su celebración caldeó los ánimos de la grada.

Iraola tiró de cambios en busca de los puntos perdidos. Agua. Los catalanes estaban muy bien plantados atrás y Camello no pudo encontrar una grieta para poner las tablas. Aunque para ocasión perdida la de Puado, que hizo lo más difícil, mandar fuera un mano a mano con Dimitrievski. Hubiera sido la sentencia de unos pericos con más presencia en la segunda mitad. Sufrieron, pero sacaron tres puntos de oro, que les aferran a la vida. A Primera. El hábitat de un Rayo al que se le pone muy cuesta arriba celebrar su centenario por Europa...