Conclusiones de una gira: nuevo dibujo, Endrick y Güler, un central de 16 años y un mediocentro camino de los 40

Se acabó la pretemporada del Real Madrid por Estados Unidos, una preparación corta de apenas tres encuentros de la que tampoco deben sacarse excesivas conclusiones, pues han faltado siete hombres fundamentales (Mbappé, Mendy, Tchouameni, Camavinga, Bellingham, Valverde y Carvajal; prácticamente, siete titulares), pero que sí permiten dar algunas pinceladas de lo que puede ser el Madrid 2024-25, el que buscará el septete de títulos en un curso que puede irse hasta los 72 partidos.

Vuelta al 4-3-3

El año pasado, el Madrid perdió a Benzema y ganó a Bellingham, así que Ancelotti se inventó un 4-4-2 con rombo en la medular para que el inglés fuese artillero por sorpresa, con resultados impresionantes. Pero ahora llega Mbappé y Carletto volverá a un clásico, el dibujo con el que ganó la Décima y también la milagrosa 14. Ha salido con él en los tres partidos y sólo cambió al 4-4-2 por necesidad, ante el Milan: “Lo hicimos porque nos faltaban delanteros; si no, habríamos seguido 4-3-3″.

A priori, Mbappé irá a la punta, Vinicius a la izquierda y Rodrygo a la derecha, pero Carletto rechaza que el dibujo sea estático, sobre todo en esos puestos: “La movilidad es muy importante, con esta calidad los jugadores no deben estar en posiciones fijas, eso es más fácil de defender para el rival. Lo importante es que cuando no tengamos el balón, el de la derecha trabaje en la derecha y el que juega por dentro, que ayude a los medios”.

Endrick y Güler, sensaciones encontradas

Ha sido la pretemporada en que Endrick dio sus primeros pasos con el Madrid. Es pronto para catalogar el encaje de un niño de 18 años que acaba de salir de Brasil, pero de momento fueron pasos dudosos, tanto que Courtois le pidió más calma: “Tiene que estar algo más tranquilo”. Ante el Milan insinuó un par de detalles y frente al Barcelona un poco más de llegada, pero aún sin soltarse del todo.

Y luego está Güler, que firmó una muy buena primera parte ante el Milan y estuvo algo más apagado ante el Barça, pero en cualquier caso dejando grandes detalles y, sobre todo, mucha consistencia con balón, mejorando cada jugada. Eso llevó a Ancelotti a avanzar que no le descarta como medio: “En el futuro, puede jugar en la línea de tres centrocampistas”. De hecho, lo ensayó en los campos de la Universidad de Illinois en Chicago (UIC). Pero no llegó a ponerlo en práctica… aún. Ambos se perdieron por sobrecarga el último duelo, el tercer asalto de sus batallas particulares.

Un asunto central

El tema de los zagueros no es menor en el Madrid. El club insiste en que no acudirá al mercado, pero está claramente corto en el puesto de central, con dos defensores sanos y en plenitud (Militao y Rüdiger), uno aún lesionado (Alaba) y uno lejos de ritmo competitivo y sin la plena confianza del míster como Vallejo, que aun así pone su mejor cara y ante el Milan jugó 45 minutos, pero luego se resintió y no pudo disputar más en los dos siguientes duelos. Ancelotti sabe que en caso de necesidad, Tchouameni es el siguiente de la lista, a la espera de que vuelva Alaba, algo que no se espera antes de noviembre. Y su estado, tras 11 meses de inactividad, genera al menos dudas razonables.

Pero de la necesidad, Ancelotti ha sacado talento: se llevó tres centrales de la cantera como Jacobo Ramón, Asencio y Joan Martínez. Y el último, el menos experimentado (tiene sólo 16 años; hace 17 el 20 de agosto), es el que ha dejado mejores sensaciones, aunque en el encuentro ante el Chelsea no dispuso de minutos. Hasta que regrese Alaba, los tres saben que la llamada del primer equipo estará a la vuelta de la esquina. Y deben estar listos.

Secundarios al poder en la medular

La entrada de Mbappé en el once titular aprieta mucho más las posiciones, sobre todo teniendo en cuenta que Carletto cambiará el dibujo para regresar al 4-3-3, haciendo que el francés tome la posición que deja Kroos. El ataque gana un puesto, pero también competencia enorme con Kylian y Endrick; y el medio pierde una posición. Pero la temporada tiene hasta 72 partidos por delante y varios a priori secundarios han aprovechado esta pretemporada para decir aquí estoy yo.

Como Brahim, que ante el Chelsea culminó un partido excepcional, con gol y potencial asistencia (no está claro si lo es, depende de si Ceballos marcó o no el 1-0); o el propio utrerano, también asentado ante los ingleses. Y luego está el caso de Mario Martín, el único junto a Lucas Vázquez que ha jugado todos los minutos, un pulmón en el medio al que Ancelotti sacó de sitio por momentos, pero que creció con el paso de los minutos. No fueron sus participaciones más brillantes, pero tiene el beneplácito del cuerpo técnico y sus opciones de ser de facto jugador de la primera plantilla, si no sale, están intactas.

Un nuevo rol para Modric

En el caso del croata, ya asumió la temporada pasada un estatus diferente al que venía teniendo, al principio con más reticencias, y luego con alegría de seguir participando, tanto que renovó por otro curso. En esta pretemporada se ha visto que la edad para él sólo es un número y para Ancelotti, también: “Ha vuelto bien, tiene una estructura física que le permite jugar mucho. Le veo bien”, dijo Carletto tras el Clásico. Y lo curioso es que el técnico ha dado un papel diferente a Modric, al borde de los 39 años: tanto ante el Barça como contra el Chelsea le colocó como mediocentro posicional, desplazando a Mario Martín, un especialista de ese puesto.

Un aviso de que esta temporada podemos ver una propuesta muy ofensiva desde el mismo mediocampo, sabedor Carletto de que ha perdido a un garante de la posesión como Kroos y que necesita un jugador al que no le queme el balón en los pies para arrancar cada jugada. “Tiene mucha calidad en la salida y ayuda mucho al equipo porque maneja muy bien los tiempos, tiene mucha experiencia… Es un jugador fantástico”, comentó Ancelotti en Charlotte, tras el cierre de la gira.

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