Con Diego Martínez, hasta el final

Ni es una situación normal, pues encadenan tres derrotas y vuelven a quedar a un solo punto del descenso, ni irreversible, pues restan 12 jornadas. Y la solución está en casa. Así lo piensan en el Espanyol, desde donde se traslada el mensaje de que la continuidad de Diego Martínez no ha corrido peligro en ningún momento y de que el vestuario está convencido de contar con las armas para, juntos, alcanzar la permanencia. El resumen es que existe preocupación, sí, pero también convicción.

“Somos los que estamos remando en el barco quienes debemos llevarlo a buen puerto”, deslizan fuentes solventes a AS sobre el contexto con el que afrontará el Espanyol el tramo final de la competición, una vez se han sucedido dos jornadas de reuniones, de análisis de la situación, de autocrítica, en encuentros diversos entre los capitanes, el resto de la plantilla, el propio entrenador, la dirección deportiva y la dirigencia. No ha habido comunicación directa entre el técnico y el presidente, Chen Yansheng, para no darle carta de mayor excepcionalidad al duro momento deportivo, pero éste se encuentra lógicamente alineado con la decisión tomada, aun con su imprevisible historial.

De las conversaciones, que han versado más sobre el cómo revertir la situación que acerca de nombres propios, el mensaje que traslada el vestuario es que los puntos débiles están identificados y se pueden solventar con trabajo, por mucho que así viene siendo durante la temporada sin que hasta la fecha se hayan logrado corregir. Hacerse de una vez por todas fuertes en el RCDE Stadium, contando con el apoyo inequívoco de la afición, es otro de los grandes objetivos de la escuadra, sabedores de que la grada no ha fallado hasta ahora a pesar de los resultados.

No tiene previsto el club de emitir ningún anuncio en público sobre todo este asunto, en la línea de que la figura de Diego Martínez no se ha cuestionado internamente, como tampoco tienen la intención de responder el comunicado de los pequeños accionistas (APMAE), en que exigían la destitución del director deportivo, Domingo Catoira, y del director de fútbol base, Luis Vicente Mateo, además de una decisión firme sobre el propio técnico. Ahora sólo cabe esperar a que un hipotético mal resultado en Girona no provoque un nuevo viraje en el rumbo del barco perico.