Cobeño recupera el ‘modelo Felipe’ este mercado
Las tres únicas incorporaciones del Rayo han sido a coste cero, algo que popularizó uno de sus antecesores en la dirección deportiva.
Los tres fichajes del Rayo hasta el momento tienen un denominador común: el coste cero. El central Pelayo Fernández llegó con la carta de libertad del Barça Atlètic y firmó por cuatro temporadas con la Franja. Una apuesta de futuro. En el caso de las dos últimas llegadas, más orientadas al presente, la dirección deportiva vallecana ha aprovechado una cláusula habitual en los equipos que descienden, por la que facilitan a sus jugadores una salida —en forma de cesión— a otros destinos para hacer viable el proyecto en Segunda.
Así es como el Rayo ha pescado en el Granada y en el Almería. Del club nazarí se trajo al centrocampista Gerard Gumbau —un viejo anhelo en pasados mercados— y del indálico, al extremo Adrián Embarba. Este último regresa a casa, después de haber partido de Vallecas dejando diez millones de euros en las arcas, convirtiéndose en el traspaso más jugoso de la historia de la Franja. Económicamente hablando, la jugada le ha salido redonda a la entidad rayista, puesto que Embarba vuelve gratis.
Tres incorporaciones por las que el centenario club no ha tenido que rascarse el bolsillo. Algo que contrasta con lo ocurrido en los últimos mercados. Según Transfermarkt, el Rayo se gastó 17,3 millones de euros (8M€ por De Frutos, 5M€ por Camello, 2,5M€ por Lejeune, 1,3M€ por Cárdenas y medio millón por Ratiu) el pasado verano de 2023. El anterior, el de 2022, acometió el fichaje más caro de su historia: RdT, con 8 millones fijos y tres en variables. Y además, desembolsó 1,8M€ por Chavarría y 1,5M€ por Mumin. Más atrás, en 2021, se encuentran las operaciones por Fran García, Nteka y Pathé Ciss, que supusieron unos 4,3 millones en total.
Habría que remontarse al mercado estival de la 2020-21 para encontrar una plantilla diseñada íntegramente a coste cero. El presidente, Raúl Martín Presa, por ahora, no ha abierto la cartera, pero eso no significa que las cosas vayan a terminar así, dado que necesitan remozar dos puestos clave como la portería y la delantera. Y los goles se pagan. Eso sí, a expensas de cómo acabe todo, estos movimientos de Cobeño recuerdan a aquellos que popularizó uno de sus predecesores en la dirección deportiva franjirroja, Felipe Miñambres.
Felipe era el rey de los fichajes low cost e hizo de la necesidad económica de entonces una virtud. A lo largo de sus nueve temporadas (2007-16) realizó un total de 116 fichajes a coste cero. Una media de 12,8 cada campaña. Es más, durante los tres años de Concurso de Acreedores se hicieron 45 altas y cobró fuerza su idea de refuerzos baratos y contratos cortos. Algo a lo que, además, sacó rendimiento. El Rayo recaudó más de 55 millones por las ventas de jugadores de su etapa, como Embarba (10M€), Álex Moreno (9,7M€), Fran Beltrán (8M€), Baptistao (7M€), Mojica (5M€)...
No obstante, entre los fichajes de Pelayo, Gumbau y Embarba sí se nota el sello de Cobeño. El madrileño siempre ha apostado por el regreso de futbolistas que dieron buen rendimiento en su pasado vallecano. Ese fue el caso de Trejo, Abdoulaye, Armenteros, Chori Domínguez, Bebé, Amat, Kakuta, Gálvez, Tito, Unai López, RdT, De Frutos... y ahora Embarba. El mismo Cobeño lo explicaba así: “Me rodeo de gente que no me va a fallar y está comprometida”. Toda la secretaría técnica trabaja a destajo para encontrar más oportunidades de mercado, como Pedro Díaz, mediocentro de 26 años, que queda libre tras la disolución del Girondins. Un perfil que encaja.
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