Claudio Giráldez, la fórmula del éxito
El técnico porriñés triunfa en el primer equipo con el mismo método que aplicaba en el filial. Desde su llegada, el Celta es el sexto de la Liga.
El Celta realizó el pasado verano la apuesta más fuerte de su historia por un entrenador. Luís Campos convenció a los Mouriño (Carlos era el presidente, aunque su hija Marián ya tenía plenos poderes) para invertir gran parte del presupuesto en contratar a un técnico de prestigio mundial. El elegido fue Rafa Benítez, el entrenador mejor pagado de siempre y el primero que firmaba por tres temporadas. El mensaje desde el club era apostar por un proyecto a medio/largo plazo, con el preparador madrileño y el secretario técnico portugués como líderes de esta nueva era.
Sin embargo, el proyecto se fue despedazando con el paso de las semanas. Luís Campos fue cesado en diciembre y Rafa Benítez cayó en marzo, fruto de los malos resultados y un juego que no gustaba en Balaídos. El recambio fue un hombre de la casa, Claudio Giráldez. El porriñés estaba triunfando en el filial con una propuesta antagónica a la de Benítez y Marián Mouriño le brindó la oportunidad de dar el salto a la máxima categoría. El tiempo ha dado la razón a la presidenta céltica, tanto por los resultados como por el estilo futbolístico y la apuesta por la cantera.
Giráldez ha seguido fiel a su estilo, no ha tenido vértigo al reto y ha sellado la permanencia antes de tiempo con una propuesta que encandila a Balaídos. El fútbol ofensivo y la apuesta firme por la cantera han sido sus principales premisas, y también sus grandes logros. Así lo corroboran los números, pues ha firmado el mejor arranque de un entrenador desde el ascenso (igualando los de Coudet y Berizzo) y tiene números de Europa en las nueve jornadas que lleva al frente del cuadro olívico.
El Celta ha sumado 16 puntos en estas últimas nueve jornadas con Giráldez, una puntuación que únicamente superan Real Madrid, Barcelona, Atlético, Villarreal y Real Sociedad. De hecho, un triunfo de los vigueses el domingo en Balaídos ante el Valencia elevaría esa puntuación a los 19 puntos y según los resultados de los demás equipos, Giráldez podría acabar la campaña con números de Champions. Un hito que parecía una quimera hace tan solo dos meses.
Además de las pruebas evidentes de los resultados, Giráldez también puede aportar la efervescencia del público por un estilo más identitario y, sobre todo, la alternativa de los canteranos. El ejemplo más claro es el de Hugo Álvarez, que desde su llegada ha tenido galones de líder y ha respondido con un rendimiento extraordinario, siendo elegido mejor jugador celeste de abril y convirtiéndose en héroe de la permanencia con su excelsa actuación frente al Athletic. Damián Rodríguez, al que Giráldez hizo debutar en Primera, ha sido otro de los nombres propios en este tramo final, en el que Sotelo y Carlos Domínguez también han tenido protagonismo. Únicamente Miguel Rodríguez se ha quedado en el ostracismo durante la época de Claudio.
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