REAL MADRID

Clamor por las renovaciones

En la celebración de la 36, el madridismo fue un estruendo constante con los jugadores que terminan contrato. Especialmente coreados, Modric y Nacho.

Comunidad, Ayuntamiento y Cibeles. En todas partes, hubo clamor por la 36 y clamor por sus héroes. Para celebrar y porque el madridismo no quiere verles marchar. Las miles de gargantas presentes fueron un estruendo constante en busca de la renovación de aquellos que terminan contrato. El “quédate” a coro. Como si se tratase de la sesión 52 de Bizarrap con Quevedo. Los contratos de Modric (38 años), Nacho (34), Kroos (34), Lucas (32), Joselu (34) y Kepa (29) entran en cuenta regresiva. El 30 de junio, punto final. La afición quiere evitarlo y, a viva voz, se lo hizo saber al club blanco. Presión para premiar el rendimiento con una extensión de las vinculaciones.

Nacho, ejerciendo de capitán.MariscalDiarioAS

“La gente me quiere mucho y sé que esta es mi casa, mi club; pero es momento de Wembley”. En zona mixta, tras engalanar a la Diosa por primera vez, Nacho, exultante, regateó el bulto y focalizó en el 1 de junio. Pero 29 días será jugador libre si un garabato no lo remedia y al madridismo le preocupa. La pelota está en su tejado. Lo sabe. “Si mañana quisiera firmar, podría”. Y es él quien debe decidir. Porque por mucho empuje que ejerza el público, el Madrid se pone en sus manos. “Solamente por lo que he vivido hoy, jamás me arrepentiré”, aseveró, emocionado. ¿La pregunta? Si mereció la pena quedarse un año más. Vive un contexto paralelo y el curso pasado decidió casi en línea de meta. Ser titular (lo fue en el Eithad y frente al Bayern) ante el Dortmund o no puede decantar la balanza....

El binomio (in)separable

Más críptico, o quizá menos, se mostró el más aclamado. “Yo ya he dicho muchas veces... cosas... y vosotros también lo sabéis todo”. Así detalló Luka Modric su voluntad de cara al año venidero. Es un caso que ha mutado a medida que han crecido las curvas. En el ecuador de la temporada parecía tener pie y medio fuera. En el tramo final, tras aportar su talento en dosis más controladas como revulsivo, hay más de un pie dentro. El madridismo lo tiene claro y así se lo hizo saber. “Es impresionante. Se me hace difícil encontrar la palabra para describir lo que siento, pero gracias por tanto cariño”, expresó el de Zadar. Aunque en este escenario, contrario al de Nacho, el club sí tiene mucho que decir. Y es que, en ese mensaje cifrado del comienzo, se esconde un deseo: Modric quiere seguir, pero sin que le regalen nada. Ha demostrado poder ser importante sin formar parte de la pizarra inicial y eso añade peso a su permanencia.

Modric sustituye a Kroos en la vuelta de semis de Champions ante el Bayern.JAVIER GANDULDiarioAS

Y de Luka a Toni. Un binomio inseparable, hasta este año. Apenas han compartido onces. De hecho, ha sido en esa coexistencia, con Modric sustituyendo a Kroos en los segundos tiempos, cuando más está creciendo el croata. Cibeles también dedicó el “quédate” al de Greifswald y es cuestión de partidos. Eso entienden, internamente, que la decisión está prácticamente tomada, como ha venido informando este periódico. Pero al metrónomo alemán le gusta controlar los tiempos. Antes de abrochar el dictamen, Wembley.

Cuestión de tiempo

Ese estadio donde el Madrid no se habría personado sin Joselu. El héroe de la vuelta de semifinales. Dos goles para la historia que le permitirán estar en Londres, en el verde y no en la grada como en París, como hincha. Su opción de compra es un regalo. Un millón y medio anecdótico cuando se enfrentan a sus 17 goles. El ariete también recibió el cariño de la afición y, en su caso, simplemente espera que el club apriete el gatillo. Algo que todo apunta que acabará sucediendo. Al igual que la renovación de un Lucas Vázquez que caerá por su propio peso. Especialmente tras una campaña donde su nivel ha sido excelso y fue crucial para sentenciar la Liga en el Clásico. Gol, asistencia y penalti provocado. En la negociación, el de Curtis y el club hablarán el mismo idioma. El de la continuidad.

El baile de la portería

Al contrario que Kepa, que partirá. Llegó para ser Courtois, pero una lesión en noviembre abrió una rendija por la que entró un gigante ucranio. Contexto que no ha llegado a colocar sobre la mesa la potencial continuidad del vasco. Su profesionalidad ha sido muy apreciada por el cuerpo técnico y su aportación en la tanda del Etihad quedará en la memoria de su rival. Un Lunin que, si bien no será libre hasta el 30 de junio de 2025, también anda en plena negociación. Su vínculo expira en más de un año, pero se ha puesto en manos de Jorge Mendes y Gestifute para firmar el próximo contrato. Ha demostrado que sus guantes son de equipo grande. La renovación está “cerca”.

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