Chris Ramos: “Soy un aficionado más, pero dentro del campo”

No es fácil cumplir algunos sueños que se tienen de pequeño. No es fácil cumplir el sueño de ser futbolista profesional y tampoco lo es llegar a jugar en el equipo de tu tierra, ese que conquistó tu corazón cuando dabas tus primeros toques con el balón. Sin embargo, a veces los sueños se cumplen. Con trabajo, sacrificio y dedicación, pero se cumplen. Eso le ha pasado a Chris Ramos (Cádiz, 16/01/1997, 26 años) un joven gaditano que soñaba con ser jugador del Cádiz y lo ha conseguido. Ante el Betis anotó su primer gol con la elásticas amarilla y sus lágrimas dejaron claro que siente el escudo que lleva en el pecho.

En esta primera parte de la entrevista, mañana les ofreceremos la segunda, Chris Ramos cuenta que ha vivido muchos momentos como aficionado del conjunto amarillo. Desde partidos de Segunda B y desplazamientos para ver encuentros de playoffs de ascenso, hasta el famoso duelo entre el Submarino Amarillo y el Real Madrid en Copa del Rey y la alineación indebida de Cheryshev. El futbolista gaditano reconoce que es el partido del que guarda mejor recuerdo porque el estadio fue “un festival”.

- ¿Cómo se afronta la semana después de marcar el primer gol con la camiseta del Cádiz?

Con muchas ganas, aunque llevo así desde que llegué a finales de mercado. Estoy disfrutando y trabajando como el que más y con muchas ganas de que el equipo haga un buen papel como lo hizo contra el Betis, pero esta vez en casa y con nuestra gente.

- Un sueño que tendría desde pequeño y que sería el causantes de esas lágrimas que vimos en la celebración ante el Betis.

Se me vinieron muchos recuerdos a la cabeza en ese momento y por fin se obró el sueño, pude conseguir el gol y ayudar al equipo. Se me vino a la cabeza todo, desde que era pequeño y jugaba en la plazoleta y también los recibimientos a los que he ido como aficionado. Sobre todo va por mi abuelo, porque me dijo que iba a meter y él es el pilar de mi vida.

- ¿Qué sintió y cómo vivió Chris Ramos el día que se cerró finalmente su fichaje por el Cádiz?

Después de muchos nervios e incertidumbre comencé a recibir llamadas de la familia, porque hasta que no se cerró el fichaje no llamé ni a mi madre. No quería chafarlo, quería que todo saliera bien y tenía el móvil en ‘no molestar’ para hablar solo con mi agente y directivos. Finalmente salió todo bien y se pudo cumplir mi sueño, que es volver a casa y en Primera División. Estoy muy feliz. Es increíble.

- Y la familia supongo que también lo viviría con gran emoción, al igual que el día de su presentación, que llenaron la sala de prensa para acompañarlo en un momento muy especial.

¡Claro! Después de estar tantos años viviendo fuera, que vuelva “el niño”, como suelen decir, fue ilusionante para ellos. Además, soy muy familiar y me gusta estar con mi amigos de siempre, así que estaban todos deseando que llegara a Cádiz.

- Una imagen la de su familia en esa sala de prensa del estadio Nuevo Mirandilla que supongo que alguien habrá enmarcado ya y colgado con mucho orgullo.

Más de uno ha sacado ya el póster y lo han colgado. Fue una presentación muy bonita y emotiva, que no se suele dar en el fútbol, pero al ser de Cádiz todos querían estar, aunque faltaban más de la mitad que por trabajo no pudieron estar. Pasamos un día inolvidable para todos y queda para el recuerdo.

- Supongo que será consciente de que muchos cadistas ven en usted su reflejo dentro del campo ¿Siente más responsabilidad o presión por ello?

Responsabilidad siempre tienes en todos los equipos. Aunque es cierto que al jugar en el equipo de tu ciudad siempre tienes ese plus de responsabilidad que es un arma de doble filo. Puedes poner todo de tu parte, pero hay veces que las cosas no salen. Siempre intento hacer lo mejor posible para el Cádiz y los cadistas. Soy como un aficionado más, pero esta vez dentro del campo. Es una responsabilidad muy grande la que llevo, pero tengo claro que lo voy a afrontar bien y lo voy a hacer lo mejor posible todos los partidos que pueda disputar. Ojalá todas las responsabilidades fueran así de bonitas, importantes y de ilusionantes como es defender el escudo de tu ciudad y, en este caso, el del Cádiz, que para mí es el mejor equipo del mundo.

- ¿Ha ido muchas veces al estadio a ver y animar al Cádiz?

Sí, sí, desde pequeño iba al estadio con mi familia. Me encantaba el ambiente, el olor a césped, comer pipas... era el más feliz. Me acuerdo de muchos Trofeos Carranza, del partido contra el Real Madrid cuando el equipo estuvo la anterior etapa en Primera División. Cuando fui más mayor me hice socio e iba a todos los partidos. Me tragué muchos partido de Segunda y Segunda B, cuando estábamos en el pozo como decimos nosotros. Afortunadamente todo salió bien, el Cádiz ascendió y ahora los niños pequeños pueden ver al equipo donde se merece, en Primera División y pueden ver a grandes equipos como el Real Madrid. Yo me alegro de eso.

- ¿Y ha realizado también desplazamientos?

También he hecho desplazamientos. Fui a Bilbao cuando el playoffs de ascenso y después de muchas horas de viaje, en los primeros minutos ya íbamos 2-0. Ahí se nos quedó cara de desilusión, pero también estuve en Alicante cuando el Cádiz ascendió. Son muchos momentos y recibimientos. Me acuerdo del partido contra el Oviedo que el recibimiento fue brutal y yo soñaba con estar dentro. Hoy en día lo vivo, como el otro día contra el Sevilla, se me ponen los vellos de punta.

- Se acerca el partido contra el Real Madrid y es inevitable acordarse de aquel partido de Copa del Rey ¿Estuvo en el partido contra el Real Madrid de la famosa alineación indebida de Cheryshev?

Sí, claro. En esa época iba al estadio con mis amigos a Fondo Sur, pero no nos gustaba ir de ‘comepipas’, así que nos poníamos con Brigadas Amarillas a animar. Ese partido lo vivimos brutal. Me acuerdo de todos los cánticos: del ‘Cheryshev te quiero’, del ‘alineación indebida’... de todos. A Rafa Benítez le metimos mucha caña, también con el tema De Gea. Ese día fue uno de los mejores porque vino aquí el Madrid, sabíamos lo de la alineación indebida y fue un auténtico festival el estadio. Fue un día inolvidable.