Carmona salva a Lopetegui

Se jugaba Lopetegui el cargo en 90 minutos, dos actos, intermedio y el suspense del alargue. Y, aunque en realidad le bastaron 44 segundos al entrenador para salvar su ‘match-ball’ y al Sevilla 45 minutos para ponerse 0-3 en la tarde grande de Carmona, no existe tragedia sin intriga. Y el Espanyol, inexistente en el primer tiempo, reaccionó, enchufó a su gente pero no llegó a la orilla. Olió sangre pero, como avisa su técnico, Diego Martínez, deberá sudarla esta temporada para sumar cada punto.

Que las apariencias engañan se demostró muy pronto. Del homenaje por sus 100 partidos oficiales con el Espanyol pasó en un minuto Cabrera a salir en la foto del primer gol, antesala de un ridículo mayúsculo en el tercero. Del aparente temblor de piernas por el inicio terrible, sin victorias esta temporada y un 0-7 en contra esta última semana, pasó el Sevilla a los abrazos y sonrisas poco después del pitido inicial. Y el sufrimiento nervionense por una defensa de circunstancias, con el transferible Gudelj y el debutante Kike Salas en el eje, se convirtió en enaltecimiento de su lateral diestro, auténtico hombre del partido.

Paradigmático es el caso de José Ángel Carmona, canterano debutante la pasada Liga con Lopetegui, al que devolvió la deferencia primero con una brillante asistencia a Lamela y, después, con la autoría de dos goles. En el segundo, al culminar de maravilla un rechace de Álvaro Fernández a cabezazo de En-Nesyri. El tercero, aprovechando un regalo de Cabrera, al filo de un descanso que aún maquilló el Espanyol al convertir Joselu un penalti por mano de Acuña.

Si fiel es el gallego a su cita con el gol, lo de Braithwaite ha sido caer de pie en el Espanyol. Tras debutar con gol en Bilbao, el danés metió al Espanyol en un partido que tenía perdidísimo con su diana a la hora de partido, al sacar petróleo de un rechace de Bono. El 2-3 y una inmediata ocasión de Joselu convencieron a Cornellà, que cantó “¡Sí, se puede!”. Lo mismo se temía Lopetegui, quien trató de echar la llave al mar con un cambio de centrales y de recuperar el control con la entrada de Rakitic.

Pero lo cierto es que el encuentro se desbocó. Vio la segunda amarilla Lamela por arrollar a Brian Oliván e instantes después evitó Álvaro Fernández el cuarto tanto sevillista en una veloz contra de En-Nesyri. En esa acción se había lesionado Rubén Sánchez, que llevaba nueve minutos sobre el césped. Presagio del mal fario de un Espanyol que tuvo el 3-3 en un cabezazo in extremis de Cabrera, pero que cuenta por derrotas sus tres partidos en Cornellà con Diego Martínez al mando. Y primer triunfo liguero para un Lopetegui que, salvo sorpresa, seguirá al frente del Sevilla.