Borja Iglesias y Guaita lideran a una panda de superhéroes

Haga lo que haga nada le sale bien. Esta tarde ni siquiera pudo la Unión Deportiva Las Palmas vencer a un Celta que jugó tanto tiempo con dos futbolistas menos por las expulsiones de Moriba y Aspas al poco de iniciarse un segundo tiempo taquicárdico. Qué parón más largo le espera al equipo insular, que continúa sin ganar nueve jornadas después, 23 en total sumando el curso pasado tras aquella lejanísima victoria del 10 de febrero contra el Valencia.

Moralmente es un equipo hundido al que nada parecer darle resultado. Hoy tampoco es que tuviera las cosas demasiado claras ni siquiera tras las expulsiones, cuando el Celta incluso rozó el 0-2 antes de meterse en la cueva. Tampoco, claro, le quedaba más remedio al equipo de Giráldez, que en Gran Canaria ofreció un lección de compromiso digna de cualquier elogio. Su ejercicio de fútbol y fe, mezcla perfecta, cautivó a cualquiera que viera el partido.

Si no está gafada, lo parece. Es lo que dio a entender Las Palmas en el inicio de este partido, cuando tan felices se las prometía. Pese a que el Celta quiso meter miedo desde el principio presionando tan arriba, los locales se sacudieron los temores a base de ocasiones. Así, en apenas dos minutos, primero Essugo y después Fabio Silva, en este en un claro 1x1, se toparon con Guaita. Los dos portugueses, los últimos en llegar, parecen los primeros de tan bien como se han adaptado al club y a la Isla, acaso un soplo de aire fresco en una plantilla que no encuentra soluciones.

Parecía que Las Palmas se iba a adelantar. Pero ya saben qué le pasa al que perdona. Ni que estuvieran jugando al escondite, todo cambió cuando aparecieron de verdad Mingueza, qué temporada la suya, y ese panda que anda suelto. En dos jugadas casi calcadas, el primero centró en la ocasión inicial para que Iglesias, en un ligerísimo fuera de juego, rematara al palo antes de que Williot marcara un gol que invalidó el VAR. Poquito después, más de lo mismo: impecable centro de Mingueza y el Panda, que se las sabe todas, le ganó la posición a Herzog para hacer casi a placer el 0-1, marcador que no se movió hasta el descanso pese al vaivén de ambos equipos.

Heroica

Tras el receso no le quedó más remedio al Celta que buscar la heroica tras las expulsiones de Moriba y Aspas en apenas dos minutos, 54 y 56. Moriba se pasó de revoluciones en una entrada dudosa de tarjeta mientras que el capitán visitante protestó más de lo debido. Presa de la furia le hizo incluso aspavimientos a sus compañeros para que abandonaran el césped tras él.

Las Palmas, víctima de la ansiedad, no generaba ocasiones del todo claras pese a la superioridad. Hasta Douvikas, por dos veces, pudo hacer el 0-2. Mientras, Guaita se puso contestón ante Campaña, Moleiro y todo el que se le pusiera por delante. Los insulares, presa de la desesperación, se ahogan en su propio llanto. El palo de Mata en el descuento alimenta su gafe, ejemplo palmario de la mezcla imperfecta: falta de acierto y, en tantos momentos, de fútbol. Que se sepa, el puesto de Luis Carrión como entrenador tiene al menos un duelo más de vigencia.

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