GIRONA

Blind, la clave del Girona

Con él en el campo solo han cosechado una derrota en 24 partidos. Sin él, tres en cuatro encuentros.

JOAN M. BASCUDiarioAS

La mala racha que ha atravesado el Girona entre febrero y marzo, tres derrotas y una victoria, ha tenido varias causas o denominadores comunes. El primero, evidente, la entidad de los rivales. Real Madrid o Athletic (en San Mamés) no son precisamente rivales sencillos. También la sequía de Dovbyk, clave con sus goles esta temporada, o la ausencia de David López desde el mes de diciembre. Pero entre todo lo que se puede encontrar en común en estos partidos hay un factor que ha pasado ciertamente desapercibido entre el gran público: la ausencia de Daley Blind. El neerlandés es un jugador absolutamente trascendental para Míchel, pues colabora activa y decididamente en sacar el balón jugado, una de las características innegociables del equipo.

Para ponerlo en perspectiva, unos sencillos números. Blind ha participado en 24 partidos esta temporada en los que solo ha sumado una derrota (ante el Real Madrid en la primera vuelta). Sin el defensa en el campo el Girona ha disputado cuatro partidos y ha sumado tres derrotas (Real Madrid, Athletic y Mallorca). Con su vuelta, este pasado fin de semana, el equipo volvió a ganar a Osasuna.

Pese a que la importancia del futbolista esté fuera de toda duda sería injusto atribuirle a Blind todo el éxito del equipo. O por lo menos, el éxito de la defensa. Y es que otra situación que se dio este pasado fin de semana ante Osasuna fue que Míchel pudo alinear a sus tres defensas de gala: David López, Eric Garcia y el propio Blind. Un esquema, de tres centrales para la salida de balón, que le da muchísimo al equipo. Esta situación no se daba desde el pasado diciembre, cuando cayó lesionado David, y Míchel ha tenido que ir improvisando líneas defensivas ante las bajas también de Eric y Blind. Con ellos tres sobre el césped, además, Miguel juega mucho más liberado, otra de las claves del buen hacer del equipo también en ataque. El ex del Real Madrid, que muchas veces juega por dentro, destaca por su capacidad asociativa además de por su vertiente ofensiva. Un abanico de recursos que Míchel vuelve a tener a su disposición y que será clave para acabar clasificando al equipo para la Champions, el gran objetivo del Girona.

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