REAL MADRID

Benzema, kilómetro 0

Comienza el proceso de reconstrucción del Balón de Oro. Tras sus vacaciones, Karim vuelve a entrenar y trabaja para recuperar su mejor versión. El Madrid le necesita.

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Pistoletazo de salida al proceso de reconstrucción de Karim Benzema. En una temporada donde los éxitos para el de Lyon han sido reconocimiento por su dorado rendimiento en la 2021-22, Valdebebas hará las veces de kilómetro 0 en busca de su mejor versión. Benzema regresó hoy sábado a los entrenamientos, después de pasar diez días en la francesa isla de Reunión. Unas vacaciones aprobadas por Ancelotti, en pos de recuperar a su mejor arma para la parte 2.0 del curso. Será una minipretemporada de 20 días, con el duelo ante el Valladolid del día 30 perfilado en rojo. También se ejercitó por primera vez tras el parón Alaba, que extendió su asueto con respecto al resto de los no mundialistas por haber disputado dos amistosos con Austria el 16 (Andorra) y el 20 de noviembre (Italia).

Benzema ha cargado con un lastre demasiado pesado en estos meses previos a Qatar 2022. Primero, la presión de tener la cita qatarí en el horizonte. El que hubiera sido su segundo Mundial tras el de 2014. Torneo donde debía lucir como flamante Balón de Oro y borrar la única mota, triunfar con Francia, de un currículum repleto de éxitos tras el indulto de Deschamps. Pero el 19 de noviembre reapareció el fantasma de las lesiones. Si los problemas físicos habían resultado en una versión más terrenal -y sobre todo intermitente- de Karim en el Madrid, el varapalo llegó en forma de desgarro muscular en el muslo izquierdo. Se especuló con su vuelta al Mundial si había recuperación exprés, pero no fueron más que cábalas. Aunque, al menos, si sus compatriotas levantan la Copa irá directa a su palmarés personal. Deschamps no le buscó sustituto y forma parte de los 26. Sería un triunfo agridulce.

Recuperación física y mental

Benzema regresó rápidamente a Madrid para ponerse en manos del cuerpo médico del club blanco y de su fisioterapeuta de confianza. Las sensaciones, de inicio, fueron positivas. Los plazos marcados, tres semanas de baja estimada, se presentaban realistas y para dar impulso a la recuperación, Ancelotti aprobó unos días de asueto. El físico no se presuponía problema para llegar a tono al José Zorrilla, de ahí que desintoxicar la mente y buscar el reseteo sea clave en este tipo de escenarios. A 10.000 kilómetros de distancia del Santiago Bernabéu, en el Océano Índico, Benzema ha disfrutado de unos días familiares: compartió una instantánea con su hija Melia a hombros. Ahora, tras el paso por el paraíso lejos del ruido, toca realidad.

“Regresa el sábado y lo vamos a poner a punto”, anunciaba Ancelotti, que hoy le recibió con una enorme sonrisa. Y el jugador publicó un historia en Instagram este viernes en el gimnasio con un mensaje indicativo de su ‘mindset’: “Una sola dirección...”, mientras avanza en una cinta de correr. El objetivo va más allá del partido en Pucela. El Real Madrid necesita a Benzema para sobrevivir al huracán de encuentros que depara el calendario y para mantener vivo el sueño del Sextete que comenzó con la Supercopa de Europa. Cómo no, con gol del ‘9′ ante el Eintracht. Los meses siguientes a esa alegría inicial fueron complicados, más para el delantero que para un Madrid que, de inicio, aprendió a salir a flote sin su gran líder. Vinicius, Valverde y Rodrygo dieron un paso al frente en los primeros partidos fuera del francés.

Sin embargo, la fatiga muscular que le permitió disputar solamente 26 minutos (en el 5-1 al Celtic) de los últimos seis partidos instalaron la necesidad. Ahí aparecieron las derrotas en Leipzig (3-2) y Vallecas (3-2), el empate que rascó el Girona en el Bernabéu (1-1) y ahí voló el liderato liguero a manos de un Barça que, en competición doméstica, navega a velocidad de crucero. De los 44 goles y 15 asistencias del curso pasado en 46 partidos, participando en un tanto de manera directa cada 66,4 minutos, a los 6 goles y una única asistencia en 12 encuentros (se ha perdido nueve y medio) del actual, con una incidencia de un tanto cada 136,3 minutos. Un Benzema que cumplirá 35 años el 19 de diciembre y que peleará por dejar los tres últimos meses de 2022 en anécdota.

Renovación

El sábado a las 15:00 horas es el punto de partida. Además, con otro condicionante que sobrevuela su horizonte como es negociar su renovación. Su contrato expira el 30 de junio de 2023 y a partir del 1 de enero habría libertad de entablar conversaciones con cualquier club que desease, pero ese simplemente es el escenario legal. En verano se estableció como prioritario sellar la continuidad de Benzema, como mínimo, hasta verano de 2024 y el panorama no ha cambiado. En otros casos, como el de Modric, alzar el Balón de Oro suponía un año extra de manera automática, contractualmente hablando. En lo que a Benzema respecta, la cláusula no existe, de manera que habría que sentar a la mesa. Hay tiempo. Además, los tiempos encajan a la perfección. Endrick ha elegido el Madrid para desarrollar su futuro y, cuando se limen los flecos, su llegada al club blanco se cerrará para julio de 2024. En el aire estaba la operación Haaland, coincidente en fechas. Está por ver si el aterrizaje del brasileño interfiere en el del noruego y en ese efecto dominó habría que valorar el papel de Benzema. Pero paso a paso. De momento, comienza la reconstrucción del último Balón de Oro.

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