Arañas, Harleys y el ‘Soy fan de ti’ para atrapar a los nuevos

A las 20:30 horas ya se dirigían camisetas rojiblancas hacia el Metropolitano por la calle San Romualdo, en San Blas, como en un día de partido. Algunos de los nombres que después llenarían la hierba podían leerse a la espalda de algunas. “Julián Alvarez”, muchas. O “Gallagher”, las últimas. Dos de los doce nuevos, ellas y ellos, la razón por la que esta noche de agosto el Metropolitano abre sus puertas como en día de partido sin que aún lo sea. Presentar a todos sus fichajes en una Noche de Bienvenida que es sobre todo especial. Más de 30.000 hinchas no se lo pierden. Está hasta Fabrizio Romano, el conocido periodista italiano famoso por anunciar fichajes en Twitter. Hay niños, padres, abuelos, hijas, todos de la mano. La grada baja llena, a rebosar. Muchos valientes ignorando el calor con máscaras de Spiderman. El mundo siguiéndolo en Internet, a través de los canales del club, en una filmación con tintes hollywoodenses. No podía ser de otra manera en un club presidido por Enrique Cerezo.

Los últimos acordes de Freed from Desire suenan entretejidos en una cuenta atrás. Tres, dos, uno... Las luces se apagan. Los móviles al aire, cámaras encendidas como luciérnagas antes de que suene la música. Sidecars canta Soy fan de ti como preludio perfecto, aunque el sonido sea irregular. Dany Sánchez, speaker del Atleti, y Belén Zurita, maestra de ceremonias, esperan ya en el círculo central. Luany es la primera. Su nombre clamado entre un disparo de fuegos artificiales fríos a la cúpula en la que ya cae la noche. Le seguirán Gio Queiroz, Rosa Otermín, Tatiana Pinto, Fiamma, Synne Jensen, Lauren Pinto y Silvia Lloris (que estuvo a través de un vídeo). Los ocho nuevos fichajes del primer equipo femenino que asintieron: “Vamos a por todas”. En ese momento Le Normand, el primero de los hombres, espera ya en el túnel, listo para salir. La afición le espera con el himno a capella mientras los vídeos le muestran tocando suave el piano y él camina resoplando. La emoción puede tocarse en su rostro. “Me habían hablado de la afición del Atlético pero es que esto es muy grande”, musita. “Menudo recibimiento. ¡Una locura!”, asiente antes de sentarse. Es la emoción. Le atraganta las palabras.

¿Dónde está Julián?

El francés nacionalizado español ha salido del túnel a los pies del fondo norte. Sorloth lo hará a los del fondo sur. “Para mí es un sueño estar aquí”. A Gallagher le van a buscar en Harleys Davidson. Asoma el inglés, ya al fin oficial, con una noticia: llevará el 4 a la espalda. “No hablo apenas español”, comienza, aunque se le escucha alto y claro. “Estoy feliz de estar aquí. ¡Aupa Atleti!”, dice y arranca un atronador aplauso en la grada. Llega el momento. El turno del gran fichaje del verano. La razón de las máscaras. El nombre de los nuevos que más camisetas llena. El hombre que el Cholo le robó a Guardiola, el Atleti a la Premier. Los focos proyectan unas arañas gigantes sobre la hierba, un argentino aparece en la pantalla, sentado en la grada, aunque nadie sepa donde está, como un ¿Dónde está Wally? pero con Julián Alvarez. En el palco, a escasos asientos de donde observan todo el presidente Cerezo y Carlos Bucero, director general de fútbol rojiblanco, se levanta la Araña. De fondo podría soñar Lullaby de The Cure pero lo hace un Atleeeti, Atleeeti altísimo. “Es un honor estar acá. Mis compañeros, el Cholo inclusive, fue de las primeras cosas que me dijeron, que me iba a enamorar de esta afición, que iba a sentir esto tan lindo”, clama Julián cuando llega al círculo central, al micrófono. “Es la primera vez que estoy en el estadio, estoy deseando que este domingo (ante el Girona, 21:30) vengan todos a vernos y a disfrutarlo”. Será ese día cuando comience el tiempo de la Araña. El suyo. Su hora. En La Cerámica jugó unos minutos. Ante el Girona apunta a titular por las pruebas del Cholo.

Si en 2019 el Atlético presentaba al hasta hoy por la mañana jugador rojiblanco, João Félix, el más caro de la historia (127 millones), entre obras de arte en el Museo del Prado, en 2024 lo hace con el público, con su gente, todos juntos, y a ritmo de percusionistas, trombones, bajos y saxofones el Thunderstruck. Son Pablo Navarro y su banda y se quedan en el centro del campo, entonando los acordes del Tú o de Mamma Mía. La letra la pone la grada, como el himno, mientras los nuevos, ellas y ellos, dan una vuelta de honor, la primera de todas las que vengan en una temporada con tanto fichaje bendito, tanto fichaje en alto. Cierra el himno mientras un espontáneo salta al césped para entregarle una bufanda a Julián Alvarez y las luces se van encendiendo. Los nuevos se van, se los traga el túnel, pero con una sensación. Ya conocen qué es el Metropolitano y qué alto puede gritar lleno. Se lo enseñaron los más de 30.000 primeros en abrazarles con su voz. Fuerte, fuerte. Bien-ve-ni-dos.

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