Bellingham vuelve al kilómetro 1

La temporada de estreno de Jude Bellingham ha entrado en el terreno de lo terrenal. Tras un comienzo apoteósico en lo goleador (13 dianas en sus primeros 10 partidos con el equipo blanco) atraviesa un valle en esa materia. Sigue siendo un futbolista esencial en el Madrid, pero el gol, lo que le ha llevado a ser el Pichichi provisional de Primera (14 goles de los 18 que ha hecho hasta ahora), le esquiva desde hace casi dos meses.

Desde su gol de cabeza en el 4-1 al Villarreal, hace 53 días, no consigue marcar de jugada. Intercalado en ese periodo de tiempo está su tanto al Almería, pero fue de penalti. Son 20 remates del inglés en jugada desde entonces, sin éxito. Hasta ese momento su puntería era altísima. Los 18 tantos los consiguió con 52 disparos, un promedio de una diana cada 2,9 remates. Si hubiera mantenido ese ritmo de killer, esos 20 disparos los habría canjeado por seis goles.

Quilates como asistente

Una causa de esa menor puntería apuntaría al evidente retroceso de su posición en el campo. No sustancialmente, pero sí unos metros hacia la izquierda para ejercer más como volante, una zona más similar a la que ocupaba en su etapa de crecimiento en el Borussia Dortmund. La capacidad de Jude para ser referencial en los goles del Madrid ha basculado hacia la faceta de asistente. En este tramo de 53 días, dio un pase de gol en la final de la Supercopa (a Vinicius), los octavos de Copa (a Joselu) y la remontada ante el Almería (a Carvajal, en el decisivo 3-2).

Un periodo sin gol del inglés en el que el Madrid no sufrió sequía porque ha sido, ante todo, muy potente de cara al gol. Nueve en los dos partidos de la Supercopa de España, los dos en los octavos de Copa y algo menos en Liga, ocho en cinco jornadas.

Pese a todo, el Madrid y Ancelotti tiene cero preocupaciones por la reducción goleadora de Bellingham. A finales de octubre, el italiano pronosticó que su pupilo estaba en condiciones de “hacer 20-25 goles tranquilamente”. Una progresión que previsiblemente superará, con la ayuda además de su nueva faceta como lanzador de penaltis. Un rol que ha generado dudas este año y que el internacional inglés se ve dispuesto a asumir. Para seguir acercándose a esa barrera psicológica de los veinte goles en una temporada. La tiene muy cerca y si sirve de baremo el partido de Montilivi, allí Jude dio un magisterio con tanto y asistencia en el 0-3 blanco al que ahora es su gran rival por la Liga.