Bellingham va a más

Es la gran atracción de estos primeros días de pretemporada. A la espera de que se reincorporen los Modric, Vinicius, Rodrygo y compañía, los focos de lo que sucede cada mañana y cada tarde en Valdebebas están puestos en Jude Bellingham. Por algo es el último galáctico que ha aterrizado en el Madrid. La gran apuesta de futuro (con 20 años recién cumplidos, va a ser el segundo más joven de la plantilla, tras Arda Güler) que ha hecho el club este verano. De los 128,5 millones de euros que la entidad lleva invertidos en este mercado, 103M€ (en los próximos años se pueden sumar otros 30,9 millones de euros en variables) han sido para sufragar el fichaje del internacional inglés procedente del Dortmund.

Con esa carta de presentación, cualquier movimiento del británico va a ser escrutado. Cualquier cosa que pase en torno a él es objeto de interpretación. Y si no se le ve, saltan las alarmas. Eso fue lo que sucedió el martes, cuando Bellingham no apareció en ninguno de los dos entrenamientos en la segunda jornada de la pretemporada del equipo de Ancelotti. Fue el primer día que el técnico les sometió a una doble sesión de trabajo y el de Stourbridge completó ambas en el gimnasio. El miércoles fue diferente y en la matinal Bellingham sí participó de lleno con el resto de compañeros. Un entrenamiento intenso con balón en el que se le vio con intensidad, sin escatimar esfuerzos: corrió, saltó y remató como uno más.

Un plan personalizado a dos velocidades

Pese a las señales que puedan enviar esas ausencias, no hay nada que preocupe en el vestuario blanco. El centrocampista acabó la temporada pasada con una leve dolencia en la rodilla que le impidió disputar los últimos partidos de la Bundesliga con el Dortmund y acudir a la convocatoria de Inglaterra, que afrontaba dos encuentros de clasificación para la Eurocopa ante rivales de menor entidad (se resolvieron con sendas goleadas por 0-4 ante Malta y 7-0 frente a Macedonia del Norte).

Bellingham superó satisfactoriamente su reconocimiento médico y la lesión no produce ninguna inquietud en el club, desde donde deslizan que el jugador presenta un aspecto magnífico. Pero sí condiciona sus primeros días de pretemporada, con el objetivo de culminar la recuperación y fortalecer esa rodilla. Es por eso que el cuerpo técnico ha personalizado para Bellingham un plan de trabajo mixto, en el que el inglés combina sesiones a un ritmo normal con el resto de la plantilla y otras en las que trabaja de manera individual. Un plan a dos velocidades para afinar la puesta a punto del inglés.

El británico ve ligeramente condicionada su preparación por un problema menor en una carrera en la que ha demostrado su fortaleza física. Las lesiones han sido una anécdota en su trayectoria. En sus tres años en Alemania, apenas se perdió cuatro partidos con el Dortmund. Todos por problemas puntuales sin que ninguno revistiera gravedad. Un historial de lesiones casi impoluto.

Casi infalible con el Dortmund

En su paso por la Bundesliga no sólo ha sido indispensable para los tres entrenadores (Lucien Favre, Edin Terzic en dos etapas y Marco Rose) que han pasado por el banquillo renano y han tenido a Bellingham a sus órdenes. También ha sido casi infalible. Sobre todo en las dos últimas temporadas cuando, ya asentado en el Dortmund, ha sido el futbolista que más minutos ha disputado con el equipo aurinegro. Y ha jugado más de 40 partidos cada temporada.

Datos que insuflan confianza y ayudan a disipar las dudas que pueda plantear la condición física de Bellingham a tenor de sus ausencias. El camino por delante aún es largo. Quedan diez días hasta el primer amistoso (contra el Milan, en la madrugada del lunes 24 en España), casi un mes hasta el debut liguero (el 12 de agosto en el campo del Athletic) y dos para que arrecie la exigencia de afrontar dos partidos por semana. Tiempo suficiente para que Bellingham, y el resto, alcancen su punto de forma más óptimo.