Bellingham, a ritmo de Haaland

Seguramente pocos se esperaban una adaptación tan fugaz como la de Bellingham. Menos, una irrupción goleadora de tal calibre. Pero nadie, sin duda, que llegase septiembre y la oposición a la tiranía de Haaland, fuese él. Un espejo distorsionado a largo plazo, irreal, utópico hasta para el mismísimo protagonista. Pero real al corto. En estos momentos sólo hay un jugador que haga sombra al noruego en la carrera por la Bota de Oro: Bellingham. El chico de Birmingham, aquel que aguanta el ritmo de quien galopa como Kipchoge. Lleva cinco zarpazos en lo que va de curso, por seis del noruego. Esto dura 42 kilómetros; pero al paso por el 5, ahí están. Mano a mano.

Y eso resume el Big Bang que ha supuesto Jude en la capital. El jugador más utilizado por Ancelotti en la gira americana (el asunto quedó claro desde el principio) y al que en Liga, sólo ha quitado ocho minutos. Un todoterreno que lo está haciendo todo: crear, llegar y marcar. Y transmitiendo una facilidad pasmosa. El 62% de los goles del Real Madrid esta temporada han sido suyos (cinco, de ocho). Pero hay otro porcentaje reseñable: el 75% de los goles del Real Madrid esta temporada han pasado por él (cinco marcados y una asistencia). Más de medio Madrid. Mucho más.

Al otro lado del Canal de la Mancha ruge Haaland, la bestia de los 52 goles la temporada pasada (en 53 partidos). En la presente, tras cuatro jornadas de Liga, ya suma seis zarpazos, una cifra que despegó el pasado sábado, cuando hizo un hat-trick al Fulham. Es el actual máximo goleador de las cinco grandes ligas, con una media de una diana cada 83′. Lo cierto es que Bellingham mejora esta cifra (gol cada 70′), pero lleva dos partidos menos: el noruego jugó la Community Shield y la Supercopa de Europa. Pese a todo, lleva un gol más que Jude, aquel que, junto a Guirassy (delantero del Stuttgart), de momento le aguanta el ritmo. Y eso ya es mucho. Muchísimo.

¿Cómo funciona la Bota de Oro?

Conviene recordar que es un trofeo al máximo goleador de las ligas nacionales, no de entre todas las competiciones. Es decir, las Copas, Champions, Europa League, Supercipas... no cuentan para la Bota de Oro. Y, de hecho, hay un matiz muy importante: los goles en las cinco grandes ligas cuentan más que en el resto. Esto sucede porque European Sports Media (el conglomerado de medios que otorga el galardón, capitaneado por L’Équipe), considera que marcar un gol en la Liga española, por ejemplo, tiene más dificultad que en la Liga islandesa. Que un criterio único sería injusto.

Es sencillo de calcular. Los goles en las cinco grandes ligas ostentan un coeficiente de 2, es decir, se multiplican por esa cifra, saliendo una puntuación para cada jugador. Ejemplo: Haaland marcó 36 goles la temporada pasada en la Premier, por lo que su calificación de cara a la Bota de Oro fue de 72 puntos (36x2=72), ganó por delante de Kane, con 60 puntos (30 goles) y Mbappé, con 58 puntos (29 goles). Los goleadores fuera de las cinco grandes ligas tienen un coeficiente de 1,5. Para hacerlo visual: Enner Valencia, del Fenerbahçe, quedó octavo el año pasado con 43,5 puntos (29 goles, que multiplicados por 1,5... dan esa puntuación).

Si se utilizase un criterio único, habría quedado empatado con Mbappé en la tercera plaza. Este coeficiente es lo que hace que en los primeros meses los cabezas por la Bota de Oro sean, generalmente, jugadores de ligas menores (la escandinava siempre reluce músculo), pero poco a poco van recuperando fuerza los killers de las grandes. Como Haaland. Como Bellingham. De momento.

¿Cómo va la carrera ahora mismo?