Bellerín, modo Arsenal

“A Bellerín lo compró el Arsenal con 18 años y jugó varias temporadas allí”. Es la aclaración que suele recordar Manuel Pellegrini cuando se le pregunta por el nivel de juego del lateral derecho. Él siempre confió en él, tanto en su primer periodo en Heliópolis como en el segundo, por mucho que las lesiones convirtieran su pasada campaña en algo parecido a un calvario. El catalán se quedó sin vacaciones para recuperarse a tiempo de un problema físico que lo dejó sin la última final de la Conference League. Quería agarrar de nuevo un sitio en el plan del Betis y lo consiguió. Es un fijo en las alineaciones de Pellegrini en la Liga y su rendimiento invita de nuevo al optimismo.

La versión eficiente del jugador se reflejó en la cita ante el Mallorca. Tenía varios retos entre manos, siendo el más importante el de atar a Jan Virgili por su banda tras ser éste uno de los futbolistas más verticales de las últimas jornadas. Lo logró con nota, siendo también relevante en algunos repliegues defensivos del equipo. Bellerín es intocable para Pellegrini en un curso que multiplicó la competencia: tanto Aitor Ruibal como el joven Ángel Ortiz pelean con él por un sitio en ese carril diestro de la defensa. La batalla, de momento, es suya.

Las redes no solo se volcaron con Bellerín por su gran partido ante el Mallorca, sino también por el gesto que tuvo en la celebración de camino a los vestuarios. Las cámaras grabaron su abrazo a Rodrigo Riquelme mientras él susurraba que era el mejor. Todo un guiño hacia un jugador que no está encontrando el tiempo de juego que desea en el club verdiblanco. Sello de capitán. Bellerín quiere dar continuidad a su momento a sabiendas que vive su mejor versión, aquella que recuerda a la que enamoró en el Arsenal cuando Arsène Wenger apostó por él.

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