CELTA

Balaídos pide el cese de Benítez

Por segundo partido consecutivo, la afición celeste gritó ‘Benítez, vete ya’. El técnico descarta dimitir y la presidenta, Marián Mouriño, le mantiene en el cargo.

LALO R. VILLARDiarioAS

La relación entre Rafa Benítez y la afición celeste está completamente rota, tal y como quedó patente en el encuentro de ayer frente al Girona. La grada ha perdido la paciencia y pide el cese inmediato del madrileño. El cántico de ‘Benítez, vete ya’ comienza a ser un fijo en la playlist del estadio vigués. El entrenador, por su parte, descartó dimitir tras el encuentro y respondió con indiferencia a la afición: “No me preocupa mucho el entorno”.

Marián Mouriño presenció desde el palco el divorcio de la grada y Benítez, pero por ahora no piensa ceder ante la presión mediática. La presidenta mantiene su confianza en el técnico madrileño, aunque las voces críticas dentro del club son cada vez más abundantes. Existe una corriente en los despachos y también en el vestuario que son partidarios de una destitución. El problema es que hay un muro difícil de derrumbar: el millonario finiquito de Benítez.

El distanciamiento entre banquillo y afición comenzó en el partido de cuartos de final de Copa frente a la Real Sociedad. Al celtismo no le dolió tanto perder como la imagen rácana y cicatera ofrecida por los vigueses, sobre todo en la primera parte. Ese día ya se escucharon los primeros silbidos y sonó tímidamente ‘Benítez, vete ya’. Al entrenador ya se le vio mosqueado ese día, hoy está mucho más tocado porque sabe que la reconciliación es muy difícil.

Y es que la jornada de ayer fue un día realmente duro para Benítez. El técnico madrileño escuchó los primeros silbidos cuando el partido todavía no había empezado. Fue nombrarle por megafonía y escuchar sonido de viento desde la grada. Los pitos fueron a más con el gol del Girona, subieron de volumen con la entrada de Jailson y acabaron desembocando en ‘Benítez, vete ya’ en la recta final. La rueda de prensa, tensa de principio a fin, fue más leña al fuego. No hubo aceptación de la crítica ni se tendió la mano al público. La salida de Balaídos fue incómoda para Benítez, increpado por los aficionados cuando se dirigía al coche.

Con todo este escenario y el equipo instalado en la zona baja de la tabla, la continuidad de Benítez queda pendiente de una reacción del equipo en los próximos partidos. Por suerte para el madrileño, las dos próximas citas serán lejos de Balaídos (Osasuna y Getafe). Marián Mouriño se está quedando sola en la apuesta por Benítez, aunque la clave sigue siendo el millonario finiquito del entrenador celeste. Las cuentas no salen a nivel económico, pero si la crispación va en aumento, llegará un momento en el que la situación sea insostenible. Benítez está contra las cuerdas, su proyecto se tambalea.

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