Balaídos estrena grada con ambiente de gala

Es una semana diferente en Vigo. El ambiente evoca al de las grandes ocasiones, a las de sufrimiento por otras permanencias y a las de sueño por gestas europeas. En la ciudad olívica se respira ‘afouteza’, la tormenta está pintando el cielo de celeste y el olor a mar ya ha impregnado la calculadora, que descansa tranquila en el cubo de la basura. El celtista empezó la semana enfadado por el bochorno de Cádiz, pero enseguida borró ese ridículo para centrarse en la última bala. Por eso los abonados no tuvieron reparo en hacer una interminable espera para conseguir una entrada que regalar. El club puso todos los billetes a cinco euros, pero sólo para los socios, con el fin de garantizar un Balaídos lleno de celtistas. A pesar del caos, por una web que no está al día, las entradas se agotaron en cuestión de horas y el estadio vigués recibirá a la nueva grada, Marcador Centenario, con un lleno hasta la bandera.

El viernes por la mañana Vigo amaneció con pancartas de apoyo en diferentes puntos de la ciudad, después de que varios aficionados pasaran la noche en vela para mantener encendida la mecha de la ilusión. “Por la ciudad”, “Por Galicia”, “Por el Celta”. Son algunos de los mensajes que vieron las gaviotas camino del mar, o los jugadores al llegar a la ciudad deportiva. El calendario de previa finalizó ayer en el campo de entrenamiento, con dos mil personas alentando a sus jugadores en el último ensayo de la final por la supervivencia.

El bote de sorpresas, no obstante, aún no se ha agotado. Esta tarde la afición está citada para recibir al autobús del equipo en el estadio. El celtismo acostumbra dejar imágenes para el recuerdo en este tipo de convocatorias. El barrio de Balaídos será hoy un hervidero con mucha antelación.