Aspas culmina su puesta a punto

No es un fichaje, pero sí el alta más importante del nuevo proyecto del Celta. El verdadero Iago Aspas está de vuelta. Después de terminar la pasada campaña vagando por los campos por sus problemas de espalda, la pretemporada le ha servido para superar el dolor y en el último ensayo consiguió el único objetivo que le faltaba desde que trabaja a las órdenes de Rafa Benítez. Frente al Compostela, conjunto de la 2ª RFEF, el ‘10′ marcó su primer gol del verano y abrió una cómoda victoria viguesa por 0-3.

A falta de cinco días para arrancar la Liga en Balaídos contra Osasuna, el técnico celeste presentó en la capital de Galicia un once sorprendente. Se esperaba que alineara de inicio a los futbolistas que menos minutos han jugado durante la pretemporada, pero Benítez mezcló a teóricos titulares con teóricos reservas. En esta combinación tampoco entró Gabri Veiga, suplente en todos los amistosos desde que el 25 de julio se incorporó a los entrenamientos.

El Celta se encontró un panorama diferente al de los anteriores ensayos, un rival que lo esperó replegado. Con un calor sofocante, Bamba fue la excepción en el aplatanamiento generalizado. El francomarfileño generó la primera ocasión, en el minuto 20, poniendo un centro a Paciencia que el portugués remató contra el cuerpo del meta local. El extremo se buscó un socio más letal en otra aparición superada la primera hora de juego. Puso un balón cargado de calidad al desmarque de Iago Aspas y el moañés no lo desaprovechó. Dio la sensación de que en su control de fantasía se ayudó con la mano -aunque en ninguna repetición queda claro- y definió con sutileza para cortar su sequía veraniega.

El capitán pudo firmar, a pase de Paciencia, un doblete que impidió otro mítico -en este caso del fútbol semiprofesional- como el meta Pato Guillén. En el descanso, Benítez introdujo nueve cambios. Metió a todos los jugadores que tenía en el banquillo excepto a Iván Villar, Mingueza y a Gabri Veiga. Los dos primeros porque van a ser titulares el domingo y el centrocampista porriñés porque tiene pie y medio fuera del club. Probablemente, en Nápoles.

La segunda unidad olívica arrolló al Compostela. Larsen lo hizo todo en el 0-2, robando y definiendo ajustado. En el tercer tanto inició su exhibición Miguel Rodríguez, indultado una vez pactada su renovación, para apurar al máximo hasta la línea de fondo y poner un pase de la muerte a Luca de la Torre, que sólo tuvo que empujar. El canterano céltico volvió a desbordar en una ocasión rematada por Larsen y que Guillén despejó con un paradón cuando todo parecía indicar que el balón iba a entrar por la escuadra.

En medio del recital de Miguel, compareció sobre el terreno de juego su socio en las categorías inferiores Gabri Veiga. Faltaba media hora cuando Benítez le dio entrada y el enganche dispuso de una inmejorable ocasión que Riki Mangana sacó in extremis. Quizás, en el Verónica Boquete de San Lázaro se vivió la última aparición del héroe celeste de la pasada campaña con la camiseta del equipo que lleva en el corazón. Con esa duda, el Celta cerró una ilusionante pretemporada.