Asencio, Huijsen y el síndrome Bellingham
El ex del Bournemouth, que lleva sin jugar desde el partido contra el Villarreal, saldrá de titular ante el Barça por delante del canterano.
A falta de horas para que ruede el balón en el Santiago Bernabéu, el debate en el vestuario blanco no gira en torno a Vinicius o Mbappé, sino a una decisión que puede marcar el Clásico: quién acompañará a Éder Militao en el eje de la zaga. Todo apunta a que será Dean Huijsen, el joven central que no juega desde el pasado 4 de octubre, cuando cayó lesionado ante el Villarreal por un problema muscular.
El defensa internacional por España fue convocado de nuevo por la Selección, pero tuvo que regresar antes de tiempo al resentirse de la misma dolencia. Desde entonces, se ha perdido dos partidos clave: la victoria liguera en Getafe (0-1) y el triunfo europeo frente a la Juventus (1-0). En ambos, Raúl Asencio dio un paso al frente.
En el Coliseum, el ‘17’ entró en el descanso por el lesionado Alaba y cumplió con nota. Y frente a la Juventus, el canterano fue titular y disputó 88 minutos, hasta que los calambres musculares le obligaron a pedir el cambio. El canario terminó ese duelo con molestias, sí, pero sin lesión. Está disponible, recuperado y en ritmo de competición. Sin embargo, todo apunta a que Xabi Alonso apostará por Huijsen en el partido más grande del curso: el Clásico ante el FC Barcelona.
Una apuesta que recuerda -y mucho- a lo ocurrido hace apenas unas semanas con Jude Bellingham. El inglés llevaba meses sin competir tras pasar por quirófano para solucionar sus problemas en el hombro. Pero en el momento más exigente, Xabi se la jugó. Decidió devolverle la titularidad en el derbi madrileño contra el Atlético, pese a su falta de ritmo. El resultado fue un golpe durísimo: 5-2 para los del Cholo Simeone, con un Bellingham apagado y falto de chispa.
Esa misma dinámica parece repetirse ahora. El entrenador del Madrid vuelve a mirar hacia sus “intocables”, aquellos en los que confía ciegamente incluso cuando las circunstancias aconsejan prudencia. Huijsen, como Jude entonces, llega sin ritmo, sin continuidad. Tras una lesión muscular que siempre exige mimo. Asencio, en cambio, encarna el caso opuesto: trabajo diario, minutos acumulados y crecimiento silencioso.
El técnico tolosarra se enfrenta, una vez más, a su propio espejo. El síndrome Bellingham amenaza con repetirse: la tendencia a apostar por los nombres antes que por el momento. El Bernabéu decidirá si la fe de Xabi en sus estrellas es una muestra de convicción... o un salto al vacío que el Barça está dispuesto a aprovechar.
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