COPA | OSASUNA 2 - SEVILLA 1

Aprobados y suspensos del Sevilla: Una luz aún insuficiente

El equipo de Sampaoli se queda sin Copa pese a su mejoría ante Osasuna. Bono alargó el envite, En Nesyri dio esperanza y Ocampos fue un ‘nueve’ inédito.

Juan Manuel Serrano ArceGetty

Sampaoli tiró de muchos de sus habituales para encarar la cita de cuartos ante Osasuna y encontró cierto aire de frescura en el inicio. Tuvo balón por momentos, esquivó con eficacia la presión rival y entregó a Ocampos, Lamela y Rafa Mir la caza de espacios. La apuesta por En Nesyri le salió bien antes de que la prórroga castigara a los suyos por cuestión de detalles.

Dmitrovic: No tuvo que intervenir demasiado en el primer tiempo. Se lesionó y fue cambiado al descanso.

Montiel: Vigiló bien a Barja en el inicio. Se incorporó al ataque con más precaución que valentía.

Nianzou: Mucho riesgos en sus salidas de balón y algo lento en algunos repliegues.

Badé: Algo lento en esa acción del gol de Chimy Ávila. Tuvo temple para sacar el balón jugado en más de una ocasión, pero volvió a tener la fortuna en su contra cuando defendió esa jugada decisiva de Abde.

Acuña: Firme en sus marcas, preciso en algunos centros al área que sin embargo casi nunca encontraron rematador.

Gudelj: Cambió de posición en consonancia a las necesidades del equipo. Atraviesa un momento de confianza, pero aún le falta cierta fluidez en la asociación cuando está en el centro del campo.

Jordán: Algún que otro pase de mérito en cambios de orientación y transiciones, pero sin el peso diferencial que pretende que tenga Sampaoli sobre el césped.

Rakitic: Su ímpetu siempre sostuvo al equipo. Puso más carácter que fútbol, pero al menos su pundonor se mantuvo hasta el final sobre el césped.

Lamela: Sus intenciones siempre están sobre la mesa. Trata de ser vertical siempre y lo agradece su equipo, pero no estuvo acertado en los últimos metros.

Ocampos: Lo dio todo hasta que su físico dijo basta. Se situó prácticamente como nueve y peleó cada balón como si no hubiera un mañana. Sampaoli quería garra. Y la tiene. Pero tal vez no sea suficiente.

Rafa Mir: Difícil su papel en esa zona izquierda del ataque, en la que apenas dispone de recursos para ser diferencial. Erró una ocasión clara en el inicio.

También jugaron:

Bono: Su parada ante Chimy Ávila fue estratosférica. Su estirada, minutos más tarde, no fue suficiente para evitar el tanto del atacante de Osasuna. Luego volvió a ser protagonista con otra mano de mérito. Lo tuvo más complicado en el tanto victorioso de Abde.

Óliver Torres: Trató de aportar más dinamismo en las combinaciones y lo consiguió por momentos, sobre todo en el inicio de la prórroga. Poco presente en ese cierre en el que quizás su equipo no conectó con él.

Jesús Navas: Entró por Montiel y se convirtió casi en un extremo con el marcador en contra. Más incisivo y vertical que el argentino.

En Nesyri: Entró y cazó ese centro de Suso con un remate preciso para forzar la prórroga. Luego no optó a más.

Suso: La calidad es suya. Eso es intocable. Y Sampaoli le pidió que la aplicara. Lo hizo en el 94 con un centro marca de la casa que trastocó la fiabilidad de Osasuna y supuso el 1-1. Poco, casi nada, en la prórroga.

Rekik: Entró por Gudelj para cerrar con más fortaleza y firmeza atrás.

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