Aprobados y suspensos del Granada: una defensa de mantequilla

Raúl Fernández: No se puede achacar al portero gran responsabilidad en la derrota. No fue responsable directo en ninguno de los goles encajados.

Ricard: Acumuló errores. Sufrió mucho en defensa y tuvo poca presencia en ataque. No fue su día.

Víctor Díaz: Partido aciago del zaguero. Superado. Le faltó contundencia y cometió varios errores de bulto.

Ignasi Miquel: Su partido, como el del resto de la zaga, alimenta de forma notable las dudas que hay con los centrales. Blando, desbordado.

Neva: Completó la noche negra de la defensa. Sin presencia en labores ofensivas e incapaz de contener las embestidas de los atacantes del Girona.

Bryan Zaragoza: Una jornada más, fue el atacante más incisivo de los nazaríes. Provocó varias acciones peligrosas pero le faltó la inspiración de encuentros anteriores.

Gumbau: Se vio muy solo en la medular. No paró de achicar agua en todo el partido. Superado.

Melendo: Formó en el eje junto a Gumbau y estuvo muy desdibujado. Su talento es innegable, pero le falta consistencia para formar en el doble pivote.

Callejón: Impreciso, perdió muchos balones y estuvo falto de acierto para generar en ataque. Mal.

Uzuni: Desperdició tres ocasiones claras antes de hacer el 1-3. Eso sí, no se ahorró ni una sola carrera.

Lucas Boyé: Dos partidos, dos goles. Para eso le fichó el Granada. Hizo el 2-3, pero la emoción al partido sólo le duró un par de minutos.

Torrente: Sustituyó a Víctor Díaz, pero eso no sirvió para frenar la sangría defensiva rojiblanca.

Gonzalo Villar: El Granada ganó presencia y criterio con él en el centro del campo.

Puertas: Salió con ganas y metió intensidad al encuentro en su recta final.

Álvaro Fernández: Suplió a Bryan Zaragoza y apenas tuvo tiempo para mostrarse.

Famara Diédhiou: Jugó los minutos finales y le dio tiempo a asistir de cabeza a Boyé en la jugada del 2-3.