CELTA 1 - OSASUNA 2

Aprobados y suspensos del Celta: Swedberg, un debut frío

El sueco salió del ostracismo para pasar desapercibido en la media hora que le concedió Carvalhal. Cervi resucita en el 3-4-3 del nuevo técnico celeste.

S.Sas

Marchesín: De mal en peor. Los dos goles del Chimy eran imparables, pero castigaron la maltrecha moral del meta argentino. Su falta de confianza quedó de manifiesto en un disparo de Torró, sin excesivo peligro, que no fue capaz de atrapar y estuvo a punto de suponer el 1-3. Esa fue una de sus dos paradas.

Mingueza: Cómodo en el nuevo sistema. Carvalhal planteó un 3-4-3 y el zaguero barcelonés jugó en la línea de tres centrales por la derecha con libertad para sumarse al ataque. El penalti que anuló el VAR llegó en una de sus incorporaciones e incluso apareció cerca del área rival moviendo el balón con criterio en posiciones interiores. En defensa peca de no apretar a los rivales.

Aidoo: Fiable. Se manejó con solvencia en el cuerpo a cuerpo con dos tanques como Budimir y Kike García. También impuso su físico cuando tuvo que salir de zona. Poco atrevido con el balón.

Unai Núñez: Adaptado. No sufrió como central zurdo en el dibujo de Carvalhal y eso se reflejó en las estadísticas, al recibir cuatro faltas y solo cometer una. Se animó a salir desde atrás con conducciones, aunque en algún ataque estático se apresuró en exceso a colgar el balón al área y esos centros frontales no preocupan a una defensa como la de Osasuna.

Galán: No levanta cabeza. Era el encargado de cubrir al Chimy y el argentino remata libre de marca en los dos goles. En el primer tanto el lateral céltico le concede demasiados metros y el segundo es un desajuste defensivo colectivo. No acertó con la portería en una oportunidad de oro para hacer el 1-1. Ha dejado de desbordar con sus regates.

Beltrán: Generoso. Firmó alguna recuperación de mérito. Las pocas veces que probó a jugar hacia delante encontró a sus compañeros. Su único remate a puerta se marchó a la grada que se está construyendo en el sector de Marcador.

Óscar Rodríguez: Implicado. Actuando por dentro estuvo bastante activo en la primera parte para lo guadianesco que acostumbra a ser su juego. Obligó a intervenir a Aitor Fernández en un lanzamiento de falta y puso en la cabeza de Larsen un balón que era medio gol.

Carles Pérez: Efecto gaseosa. La chispa le duró media hora y le costó bajar a defender al tener toda la banda derecha para él. Abandonó el terreno de juego en el minuto 57 con cara de pocos amigos.

Cervi: Síntomas de recuperación. Paradójicamente, la gran apuesta personal de Eduardo Coudet cuajó su mejor partido de las últimas semanas tras la destitución del Chacho. Asiste a Aspas en el gol. En la primera parte se movió como interior-extremo por la izquierda y sus minutos más destacados los ofreció como carrilero diestro en el segundo tiempo.

F. Cervi
  • Celta
  • centrocampista
  • Argentina

Iago Aspas: A lo suyo. Da igual quien esté de entrenador, el Celta son el moañés y diez más. Antes de clavarla en la escuadra en su séptimo tanto de esta temporada, había puesto un pase de fantasía a Galán en la ocasión que desperdició el carrilero. Rozó el 2-2 en un remate acrobático que de no haber detenido el meta rival hubiera sido uno de los grandes tantos en la carrera del 10. Su otra finalización en el segundo tiempo, un disparo desde la frontal, se le marchó ligeramente desviada.

Larsen: Sin pólvora. Perdonó de cabeza el 1-1 en una de las oportunidades más claras de gol que ha tenido como celeste. Lleva diez partidos en la Liga y aún no ha visto puerta. Carvalhal lo sentó antes de que se cumpliera la hora de juego.

Paciencia (entró por Larsen): Inspirado. Casi todo lo que intentó lo hizo con calidad y sentido. Aitor Fernández evitó con dos paradas, una de ellas espectacular, que el portugués obtuviera la merecida recompensa del gol.

Swedberg (entró por Carles Pérez): Frío. Cinco meses después de aterrizar en Vigo como primer fichaje del proyecto diseñado por Luís Campos, el sueco salió del ostracismo. En su debut oficial como céltico dispuso de más de media hora como mediapunta por la izquierda y pasó totalmente desapercibido.

Pablo Durán (entró por Cervi): Saltando al terreno de juego en el minuto 86 aportó más a su equipo que Swedberg. El jugador del filial se situó como carrilero diestro, una posición que no es la suya, y lanzó un contragolpe después de una meritoria recuperación defensiva.

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