Aprobados y suspensos del Celta: Starfelt hace pequeño a Sorloth

Guaita: Un espectador durante 80 minutos. El Atlético lo puso por primera vez a prueba con un disparo ajustado de Riquelme al que respondió de manera formidable el veterano guardameta. Sin margen de reacción para evitar el tanto de Julián Álvarez sobre la bocina.

Manquillo: De sus mejores encuentros con el Celta. Ante el equipo del que es canterano, estuvo firme atrás y suelto en ataque. Filtró un pase de tiralíneas a Carreira en la primera ocasión del partido. La gasolina le dio para 70 minutos en su reaparición tras estar lesionado.

Starfelt: Minimizó al gigantón Sorloth en el duelo nórdico de pesos pesados. El central sueco le ganó todas por alto y por velocidad al delantero noruego. Y eso que jugó amonestado desde el minuto 33. El mejor del Celta y del partido.

Marcos Alonso: Totalmente adaptado en tiempo récord. Parece que lleva varias temporadas en el Celta y era su primera titularidad con el conjunto vigués. Va sobrado de criterio con el balón como central zurdo y mostró capacidad para romper líneas en conducción. Realizó un corte providencial en un balón interior que buscaba a Julián Álvarez.

Sergio Carreira: Incisivo. Destrozó a Giuliano Simeone tanto por velocidad como con regates. Sirvió un pase de la muerte que era más de medio gol a Swedberg en la primera ocasión del encuentro y un centro igual de peligroso a Borja Iglesias en la segunda parte. Partidazo.

Beltrán: Emborronó su notable encuentro en el gol del Atlético. Estaba emparejado con Julián Álvarez y el argentino le ganó la posición. En la construcción de los ataques se situó reiteradamente en el puesto de central por la derecha.

Hugo Sotelo: El dueño de la medular. Ni Gallagher ni Koke consiguieron robarle un balón. Se le fue alto un lanzamiento desde la frontal en una posición inmejorable.

Hugo Álvarez: El partido se le hizo largo. En la primera parte controló por completo su carril ante Nahuel Molina. Impreciso y espeso en el tramo final del choque.

Iago Aspas: La fiesta de su partido 500 se la amargó Oblak. El esloveno se estiró de manera increíble para llegar a un tiro raso del capitán celeste. Los 37 años solo se le notaron en una oportunidad a campo abierto en la que Reinildo remontó una considerable desventaja para impedir que el moañés se plantara mano a mano frente a Oblak. Ya no estaba en el campo cuando marcó el Atlético.

Swedberg: Vértigo. Le dio un punto más de velocidad a los ataques, especialmente en un magnífico pase en profundidad a Aspas. Perdonó el 1-0 con todo a favor. Aceptó el cuerpo a cuerpo de golpes con Le Normand.

Borja Iglesias: Una bestia. Con su corpulencia y su ímpetu dio la noche a los centrales colchoneros, sobre todo a Reinildo, con quien se las tuvo tiesas. Solo le faltó marcar y estuvo a punto de hacerlo en un cabezazo a centímetros de la línea de gol y de Oblak.

Javi Rodríguez (por Manquillo): El central revulsivo. Nada más entrar ganó línea de fondo y puso un balón muy peligroso a Borja Iglesias. Tuvo el gol en área pequeña, pero mandó a la grada la última gran oportunidad de su equipo para adelantarse en el marcador.

Alfon (por Swedberg): También indultó al Atlético. Se llenó de balón en otra clara llegada del conjunto local. Con un cabezazo picado se la dejó en bandeja a Javi Rodríguez en la ocasión desperdiciada por el zaguero. Algo fallón en los últimos minutos.

Douvikas (por Borja Iglesias): Apenas entró en juego. No mantuvo el nivel de Borja Iglesias.

Ilaix Moriba (por Aspas): Le dio tiempo a poco más que tocar tres balones. La demarcación, como enganche por la derecha, tampoco le ayudó.

Damián Rodríguez (por Sotelo): Se conectó muy rápido al encuentro y movió el esférico con fluidez.

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