Aprobados y suspensos del Celta: la impotencia habitual sin Aspas

Iván Villar: Otro partido en el que mantuvo a su equipo con opciones de puntuar hasta el final. Firmó un paradón antes del descanso para responder a un cabezazo de Yuri. Los dos goles del Athletic, imparables.

Kevin Vázquez: Volvió a pagar los platos rotos. Estuvo tan gris en la primera parte como la mayoría de sus compañeros y Carvalhal lo retiró al descanso. Sin el de Nigrán, el Celta atacó más por la derecha, pero defendió peor.

Aidoo: Torrija inicial. Iñaki Williams le gana la partida por arriba con extrema facilidad en el 1-0. Reaccionó tras ese fallo y dominó los duelos defensivos.

Unai Núñez: Cumplió sin alardes en su primer partido como visitante en San Mamés. No cometió ningún error de bulto y con el balón incluso dejó algún interesante desplazamiento en largo. Se echa de menos que no le saque mayor partido a su juego aéreo en las acciones de estrategia.

Javi Galán: Chispazos ofensivos. Inicia la jugada del empate céltico, con una larga conducción y un regate marca de la casa hacia dentro. Un derechazo no se le marchó demasiado lejos de la escuadra. Aunque empezó algo titubeante en defensa, no sufrió en exceso para controlar su banda.

Beltrán: Sustituido por lesión en el minuto 24. Desapercibido hasta ese momento. Lo va a tener complicado para volver a jugar esta temporada.

Óscar Rodríguez: Intrascendente como mediocentro ofensivo y fuera de posición como pivote defensivo. Después de la lesión de Beltrán tuvo que desempeñar un rol que no es el suyo por delante de la zaga. No tiene capacidad física para ofrecer ayudas a sus compañeros. La culpa no es del talaverano, sino de quien lo pone ahí. Sin feeling en el manejo del balón.

Carles Pérez: La guerra por su cuenta. Está fino a la hora de desbordar y lo intenta cada vez que puede. Sin embargo, los rivales saben que tapándolo desactivan buena parte de la capacidad ofensiva del Celta y el catalán casi siempre se encuentra con dos rivales enfrente. Acabó algo desesperado en San Mamés.

Cervi: Regreso al pasado. El argentino, que venía de encadenar destacadas actuaciones, estuvo tan desaparecido como era habitual hasta hace unas semanas. Además, permitió que De Marcos pusiera el centro del 1-0 con comodidad. No saltó al terreno de juego en la segunda parte.

Gabri Veiga: Resucitado. Sin ocupar exactamente la posición de Aspas, asumió el papel de líder del moañés mientras le duró el físico. Unai Simón sacó un buen disparo del porriñés desde fuera del área, la mejor ocasión del Celta en la primera parte.

Strand Larsen: Al margen del gol, su peor partido como céltico. Ni intimidó a los centrales del Athletic ni participó en el juego. Cabeceó con clase para firmar su cuarto tanto de la temporada.

Luca de la Torre (por Beltrán): Lo mismo que Larsen. Apareció en la acción del gol, marchándose de dos rivales con calidad, y nada más. No da el nivel para jugar de mediocentro en Primera. Vio la quinta tarjeta y cumplirá ciclo este martes frente al Girona.

Mingueza (por Kevin): Incomprensible desidia en la jugada que decantó el partido. No aprieta a Berenguer y ni siquiera intenta cubrir la pierna buena del autor del 2-1. Su falta de tensión defensiva contrasta con su ambición con el balón. Aportó su calidad en el manejo del esférico y en una aparición en el área local puso un peligroso pase de la muerte. En los últimos diez minutos jugó más de mediocentro que de lateral.

Miguel Rodríguez (por Cervi): El mejor del Celta. Su energía transformó al conjunto vigués en el arranque del segundo tiempo. Asistió a Larsen con un centro delicioso.

Seferovic (por Larsen): Paupérrimo. No hubo ningún tipo de noticia del suizo durante la media hora que estuvo sobre el terreno de juego. Su triste paso por Bilbao probablemente se deba a los problemas musculares que arrastra desde la pasada jornada.

Paciencia (por Veiga): El portugués se encontró con un equipo derrotado cuando su compatriota Carvalhal le dio entrada a falta de 13 minutos para el final. Casi todo lo que intentó no le salió.