Aprobados y suspensos del Celta: Beltrán cae en la trampa

Iván Villar: A punto de parar el penalti lanzado por Enes Ünal, lo que habría cambiado el guion del partido. Dio vida al Celta en la segunda parte con una acertada salida a los pies de Jaime Mata. El resto de ocasiones del Getafe las desperdiciaron con todo a favor los delanteros azulones.

Kevin (por Carles Pérez): Duró 25 minutos como carrilero. Sustituido para retocar el sistema y buscar más profundidad con la entrada de Carles Pérez. El banquillo pagó el enfado del canterano.

Hugo Mallo: Más central que lateral. Se focalizó en echar una mano al eje de la zaga y sólo se desplegó en ataque en el tramo intermedio del segundo tiempo. Dispuso de una buena opción de disparo que resolvió con un tiro a la parte alta de la grada.

Aidoo: Ünal y el árbitro se encargaron de sacarlo del partido. Mantuvo un combate de lucha libre con el delantero turco, pero Cuadra Fernández no midió con la misma vara a los dos contendientes. En la doble amonestación al ghanés, la primera es rigurosa y la segunda justa. Se perderá la próxima jornada y continuará apercibido de sanción.

Unai Núñez: De los pocos que no se achicó. Un partido de tanto contacto encaja en sus características y supo utilizar su cuerpo en los duelos. Las costuras se le vieron en el tramo final al jugar sin red. Demostró tener punta de velocidad y fondo físico para recuperar varios metros a Munir después de haber cometido un fallo como último hombre del Celta. Espeso en la salida del balón

Javi Galán: Maniatado. Bordalás planteó un doble lateral por la banda del pacense para anularlo y lo consiguió. Amonestado por una falta en la que se calentó en exceso, cumplirá ciclo ante el Valencia. Su aciaga noche concluyó al ser retirado al descanso.

Beltrán: Errol letal. Cayó en la trampa y cometió un ‘penaltito’ buscado por Ünal antes de que se cumpliera el primer minuto. A partir de ahí el pivote y sus compañeros remaron de manera estéril contracorriente.

Gabri Veiga: Sigue de baja competitiva. Un partido más, pasó absolutamente desapercibido. Su confianza al pisar el área rival ha caído en picado.

Cervi: Multiusos. Empezó como interior, cayendo mucho al medio, y tras el descanso jugó como lateral izquierdo. El más perseverante de los celestes en los últimos minutos.

Iago Aspas: Síntomas leves de mejoría. Hilvanó alguna jugada apareciendo en el enganche. Aun así, no está fino y se le notó en un balón que recibió libre de marca dentro del área y en el que se quedó a medias entre disparar y buscar a un compañero. La estrategia rival, como siempre que se enfrenta a un equipo de Bordalás, era clara: cada vez que el moañés entrara en contacto con el balón había que pararlo por lo civil o por lo criminal. Mitrovic se lo tomó al pie de la letra desde el inicio y en el minuto 7 ya le metió un codazo que le costó la amarilla.

Larsen: Va a estar en shock durante unos cuantos días. En su paso por la liga de los Países Bajos no vio ni en pintura a un central con la agresividad de Djené. Anulado en los duelos, sólo entró en juego apareciendo alguna vez entre líneas. Carvalhal lo cambió en el paso por los vestuarios.

Carles Pérez (por Kevin): Tardó en enchufarse. Hasta el ecuador de la segunda parte no hubo noticias del extremo. A partir de ahí, desbordó en varias ocasiones y fue la mejor arma ofensiva del cuadro vigués.

De La Torre (por Galán): Despierto. Se desquitó de la apatía de los últimos encuentros y se movió con más chispa. Le sacó una tarjeta a Djené en una conducción que era prometedora.

Seferovic (por Larsen): No mejoró en exceso el pobre rendimiento del noruego. Aportó cierta movilidad y poco más. Algo pasivo en el tiro de Aspas que se convirtió en un servicio al segundo palo, una jugada en la que dio la sensación de que el suizo tenía opciones de haber llegado.

Paciencia (por Veiga): Al minuto de saltar al terreno de juego fue expulsado Aidoo, por lo que la misión del portugués se convirtió en una quimera. Salió para enganchar algún balón dentro del área y el Celta apenas la pisó. Llegó a conectar un cabezazo en una incómoda posición, un remate que no cogió portería.